CRECIMIENTO DISRUPTIVO - CUENTO -PSICOLOGÍA MALENA LEDE


Ali Caran era un hombre común que vivía con su esposa y doce hijos en los suburbios de Marruecos.
Se ganaba la vida sentado sobre una alfombra en el piso de una calle peatonal donde funcionaba una feria callejera.

Allí se quedaba inmóvil durante horas para ganar un pequeño sustento gracias a la generosidad de los transeúntes que se acercaban para sacarle fotografías como una curiosidad más de ese lugar.

Mantenerse quieto todo el día  le permitía mantener a su familia, sin embargo, después de algunos años, se cansó de ese trabajo y  se atrevió a añadirle una novedad introduciendo un pequeño cambio para entretenerse.

Cada vez que se acercaba alguien, sin pensarlo demasiado, le decía una sencilla frase, bastante obvia que le podía resultar igualmente útil a cualquiera.

-“Trate mejor a su mujer”; “Cuide su trabajo”; “No descuide a sus hijos”; “Evite riesgos inútiles”; y otras frases como esas que provocaban curiosidad en la gente y hacía que muchos más se acercaran.

Pronto llegó a contar con un nutrido público, no sólo para sacarle fotografías sino también para saber lo que les decía.

Sus frases cobraron tanta notoriedad que la gente solía hacer largas colas para escuchar sus consejos que curiosamente consideraban muy sabios.

Alí Caran se especializó de tal forma en esa tarea que su presencia producía verdaderas aglomeraciones, lo que lo obligó a alquilar un local para atender y a contratar una secretaria para que mantuviera el orden.

Tuvo tanto éxito que en poco tiempo logró ganar buen dinero con sólo atreverse a hacer un cambio a su aburrida rutina.

Todos tenemos la posibilidad de cambiar si logramos vencer la inercia y estamos dispuestos a enfrentar algún riesgo para salir de la aparente comodidad de lo conocido; porque es la transformación la que nos permite experimentar una vida llena de matices.

Malena Lede - Psicóloga