La risa es capaz de curar a nivel psíquico y físico
y además beneficia las relaciones.
Los seres humanos parecen ser los únicos en la
escala zoológica que ríen; o sea que es un rasgo que nos caracteriza, con la aparente
función de afianzar los lazos entre nosotros.
La risa contribuye significativamente a superar el
estrés y las enfermedades y es contagiosa, incluso se han registrado verdaderas
epidemias de risa en algunos pueblos de África en la década de los años sesenta
del siglo pasado, que llegó a afectar a más de mil personas.
Los científicos sostienen que probablemente se debe
a un fenómeno de empatía en el que intervienen las neuronas espejo.
Aparentemente, cuando una persona se ríe, a quienes se encuentran en su entorno
y la observan se les activan las neuronas que actúan sobre los músculos
involucrados en la risa, aún sin saber por qué esa persona se ríe.
Por ejemplo, cuando se escuchan por televisión las
risas de fondo artificiales de un espectáculo se activa un mecanismo empático
que favorece que el espectador en su casa se contagie y también se ría, aún sin
ver a la gente que se ríe.
La risa también es una forma de aprobación social porque
expresa un estado de ánimo que favorece la integración.
La risa constituye la mejor manera de atraer el
aprecio de las personas, a tal punto que es usada como estrategia en la
publicidad y también para fortalecer la unidad grupal.
Sabemos que la capacidad para mantener los vínculos
depende mucho de la empatía y que las buenas relaciones sociales son
beneficiosas para la salud del cuerpo y para fortalecer la resistencia a las
infecciones, ya que su acción estimula el sistema inmunitario.
Investigaciones científicas comprobaron que diez
minutos viendo escenas cómicas le produce al espectador un aumento de la
secreción de inmunoglobulina.
La risa es por excelencia un arma de seducción y
favorece los encuentros amorosos. Es una
cualidad que refleja capacidades intelectuales y sociales que ayuda a mantener
los sentimientos hacia la pareja.
La risoterapia es útil para mitigar trastornos psicológicos
en casos de depresión, fobias, ansiedad y compulsión y alivia el estrés.
También los bebés se portan mejor y son más
saludables cuando los amamanta una madre risueña.
Por todas estas razones conviene entonces tomarse la
risa muy en serio.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: Nicolás Guéguen, profesor e investigador de
psicología social de la Universidad de Bretaña Sur.
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