La decisión de curarse tiene que provenir del mundo
interno, del Ser verdadero, del espíritu, no del ego que percibe con los ojos
del cuerpo.
Todo pensamiento curativo te acercará a tu objetivo
y todo pensamiento hiriente te alejará.
El conflicto, la falta de amor a uno mismo y el
miedo, son la fuente de todos los males.
Hay una sola manera de interpretar este mundo y esa
manera es con amor, entendiendo los motivos de los demás.
La verdad se encuentra dentro de nosotros mismos,
sólo que el ego prefiere no verla.
Entrégale tus males a tu espíritu y desaparecerán porque éstos provienen del ego.
La enfermedad es una súplica de amor, pero el amor y
la culpa no pueden coexistir y a la mente sólo la salva la paz interior.
Los milagros no son ni imposibles ni difíciles ya
que una vez que se ha aprendido, se pueden aplicar a todas las situaciones.
Solamente las personas íntegras son capaces de hacer milagros; cuando pueden renunciar a los valores ilusorios del ego y ser las mismas por fuera que por dentro
El ego te condena a muerte y en vida te hace sentir
culpable, te obliga a vivir a la defensiva y a reaccionar a los ataques.
El que vive una vida íntegra puede experimentar la
inmortalidad y ser eterno.
Al corregir la percepción, el ego sin culpas
desaparece y entonce se puede ver la realidad tal cual es. Es el despertar de un nuevo ser, completamente puro, alguien invulnerable e
invencible.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Un curso de milagros”; Fundación para la
paz interior.
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