EL "CUENTAPROPISMO" EN ARGENTINA - Psicología Malena Lede


Trabajar por cuenta propia en Argentina es una tarea que se ha idealizado porque puede resultar poco gratificante y agobiante. 

Muchos de los que arriesgan un trabajo en relación de dependencia de cuarenta horas semanales, seguramente tendrán que redoblar sus esfuerzos, trabajar el doble y ganar menos que el empleado que tengan.

Sin embargo, las estadísticas son elocuentes y nos muestran que un alto porcentaje de trabajadores en relación de dependencia dejan sus puestos para dedicarse a trabajar por cuenta propia siguiendo un sueño.

Estos modernos buscadores de oro, son los nuevos emprendedores; seres capaces de enfrentar el desafío de lograr mantenerse con un nuevo proyecto propio.

Seguramente tendrán que tener mucha suerte, porque lamentablemente,  la mayoría de estos negocios sucumbe al poco tiempo, dejando un tendal de deudas y una gran sensación de fracaso.

Este afán humano de descubrir una mina de oro que los saque del cómodo espacio ganado en una empresa y que les pueda ofrecer la posibilidad de alcanzar un envidiado lugar entre los más ricos; lleva a muchos a embarcarse en  emprendimientos innovadores que la mayoría de las veces no prosperan.

El deseo de ganar grandes fortunas en poco tiempo puede generar ideas delirantes que nublan la razón y pueden conducir a sufrir graves depresiones, problemas de ansiedad y hasta llevar a las personas al suicidio.

En el ámbito de las ideas innovadoras, no es fácil lograr en poco tiempo orientar masivamente al mercado a consumir lo nuevo, porque además de una gran campaña publicitaria que cuesta mucho dinero, se necesita tiempo,  para que con mucha suerte la gente comience a responder favorablemente y lo consuma.

El extraordinario auge que tienen las nuevas tecnologías no significa que todos los inventos prosperen de la misma forma; porque muchos de ellos se van quedando en el camino y terminan siendo sólo un recuerdo.

La creatividad no siempre produce éxitos y grandes satisfacciones a quienes pasaron mucho tiempo dedicados a eso.  Generalmente, tienen que pasar muchos años para que ese nuevo negocio sea reconocido y aceptado.

Saber lo que todos quieren,  y lograr cambiar el estado de comodidad que les produce lo conocido, requiere mucho esfuerzo y puede no alcanzar una vida para lograrlo.

La historia nos muestra que los grandes genios de la humanidad casi nunca lograron hacerse ricos con sus inventos y que generalmente fueron otros los que se beneficiaron, después de mucho tiempo.

Por esta razón, cuando se tienen buenas ideas es mejor no pensar sólo en el dinero y ser capaz de  pensar a otro nivel, considerándolas una oportunidad para dejar una huella y  realizarse.

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Modo esponja”;  Sebastián Campanario y Andrei Vazhnov.