QUIERO ESTUDIAR, TRABAJAR, VIAJAR, TENER PAREJA E HIJOS - Psicóloga Malena Lede



Todo lo que deseamos son necesidades humanas comprensibles que se pueden ir realizando a lo largo de la vida, pero que se transforman en imposibles si se pretenden lograrlas todas al mismo tiempo.

Se pueden alcanzar las metas deseadas a lo largo de toda la vida, con entusiasmo, optimismo y estando dispuesto a hacer el esfuerzo necesario; pero no vivir deseando lo que tienen los otros, que son diferentes.

Dicen que la envidia es la que hace que nunca logremos nuestros propios objetivos y es verdad, porque cada uno de nosotros nació para ser alguien distinto.

A principios de siglo los viajes al extranjero eran solamente accesibles a las clases privilegiadas.  Se hacían en barcos lujosos y duraban seis meses.  Ahora es diferente, la gente común puede viajar en avión a cualquier parte del mundo sólo por una semana o quince días y muchas veces antes de tener treinta años.

Los viajes de estudio suelen ser más ambiciosos que antes.  Ya no se piensa en Mar del Plata o Bariloche sino en un lugar exótico en el trópico o en la selva africana.

Aunque viajar se ha vuelto más accesible aún se necesita contar con bastante dinero.

Los cumpleaños de 15 suelen ser tan espectaculares como un casamiento e incluso ser reemplazados por viajes a Disney o a otro lugar de moda.

¿Qué bolsillo soporta tantas apetencias? No todos, aunque gran parte hace verdaderos sacrificios para no privarse de esos privilegios.

Y ¿hasta qué punto todas esas cosas que nos parecen tan espectaculares nos dejan satisfechos?

La mayor parte de la gente no se da cuenta que la verdadera felicidad se logra adaptándose a cada etapa de la vida en forma creativa, haciendo algo que le  permita expresar el potencial que  tiene de la mejor manera.

Los humanos siempre tendremos apetencias insatisfechas, porque ése es nuestro destino, la búsqueda de algo más que le dé sentido a nuestra existencia; porque tenerlo todo no garantiza la felicidad.

La búsqueda de uno mismo es lo esencial, sin aferrarse a algo o a alguien.

Las cosas materiales dan satisfacciones inmediatas y luego ya se está buscando otra cosa. Por eso hay que intentar disfrutar de cada momento como si fuera el último, sin muletas ocasionales y siendo dueño de uno mismo.