COMO MEJORAR LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS - Psicóloga Malena Lede

(Foto de Malena)


Hay que reconocer que son pocos las personas con espontáneas habilidades para llevarse bien con los demás.  La mayoría ha tenido problemas para relacionarse e incluso ha sufrido alguna forma de bullying de niño, se sintió rechazado, diferente y muchas veces ha tenido que soportar bromas pesadas.

El bullying existió siempre pero cobró notoriedad en estos últimos tiempos, o sea, que tanto los padres como los educadores y los profesionales comenzaron a darle la debida importancia a este fenómeno que puede hacer muy desdichados a los niños y dejarle secuelas significativas en su vida de adulto.

Los niños tienen una espontaneidad natural para desenvolverse entre las personas que conoce; pero cuando tiene que socializar con sus pares en ambientes nuevos, suele abandonar esa espontaneidad y comenzar a copiar modelos de comportamientos de otros, no siempre adecuados.

La habilidad para interactuar eficazmente con los demás y nos traten como es debido, obliga a adoptar una postura intermedia entre lo que entendemos por una actitud decidida y enérgica y la comodidad de la pasividad absoluta del que se entrega por temor.

Los extremos se tocan y ambos alejan a las personas; pero afortunadamente  existe otro tipo de gente que se atreve a decir lo suyo pero que también está dispuesta a escuchar a los demás con verdadero interés.

A esta cualidad se la llama asertividad, o sea la habilidad social necesaria para actuar con naturalidad y conseguir los resultados deseados.

El problema principal para no poder actuar espontáneamente y adoptar una postura asertiva, o sea respetando el derecho personal de expresar las propias ideas y el derecho que tienen los otros de expresar y de que sean escuchadas las suyas, es que las personas suelen seguir comportándose en forma infantil y no de manera madura.

El respeto a uno mismo es tan importante como el respeto por los demás y el control emocional es el primer paso para poder manejarse con asertividad.

La mayoría de las personas no tienen una imagen real de sí mismas; por lo general suelen tener sentimientos de inferioridad, inadecuación, e ideas de no cumplir con los standares de cómo hay que ser y cómo hay que comportarse para caer bien y ser aceptadas y respetadas por los demás.

Seguramente, si realizaran una encuesta de opinión entre las personas que las conocen se llevarían una sorpresa sobre las muchas virtudes que la gente ve en ellas pero que ellas no ven.

Las emociones y la falta de objetividad atentan contra la mejor voluntad de ser asertivo en una situación dada, hacen perder de vista las mejores intenciones y terminan malogrando todo intento de buena comunicación.

Mantenerse calmo y comprensivo sin perder la firmeza, es un arte que hay que aprender a desarrollar y que siempre da muy buenos resultados.

Ganar no es lo ideal en las discusiones, lo mejor es considerar las ideas de los demás y ver otros puntos de vista que pueden ser también útiles o incluso mejores como para que los otros también tengan la oportunidad de ganar algo, dado que el triunfo de uno y la derrota de otro no es el resultado ideal.

Tener en cuenta que un individuo es un universo, que piensa distinto, que tiene una imagen del mundo diferente  y que aprender a acercar los mundos es la clave.