EL SUICIDIO UNA REALIDAD EN AUMENTO - Psicóloga Malena Lede

La depresión es una de las primeras causas de suicidio y si la persona que está afectada por esta enfermedad no recibe tratamiento,  corre peligro de terminar con su vida por propia decisión,  en cualquier momento.

¿Por qué los suicidas no desean más estar en este mundo?  No se les puede preguntar porque la mayoría logra su propósito; pero es evidente que aunque la expectativa de vida haya aumentado, las condiciones hayan mejorado y  la tecnología esté reemplazando los trabajos insalubres y agotadores, la gente parece no estar satisfecha, se deprime y puede terminar suicidándose.

Y esto no es nada raro ya que la vida de los jóvenes en edad laboral,  en los países más avanzados del mundo, no parece nada envidiable.

Un ejemplo común puede ser el tipo de vida que le espera a una persona joven, profesional con altos ingresos, viviendo sola en una casa lujosa o en un departamento con todas las comodidades; levantándose todos los días temprano, haciendo ejercicios, desayunando parada cualquier cosa, y saliendo a correr por los alrededores, tal como hacen otros tantos que verá pasando a su lado,   con los mismos audífonos de los celulares puestos y mirando alrededor sin ver, sin reconocer a nadie, sin saludar, sin intentar entablar una conversación jamás con ninguno.

Luego de correr, llegar al trabajo para sentarse frente a una computadora, como todos los demás, para realizar sus tareas cotidianas, aparato que será lo único que atraiga su atención todo el día.

Somos animales sociales y este tipo de vida se está pareciendo demasiado al autismo, la pérdida de la capacidad para conectarse con otros seres humanos.

Cuando viajo en el subterráneo, puedo ver a todos los jóvenes conectados a su celular, que con la mirada fija y abstraídos como autómatas se evaden de su entorno sin prestar atención a otra cosa.

Sin duda, el celular apareció para terminar con los vínculos que conocíamos y para iniciar una nueva era, la era de comunicarse mediante un intermediario, una nueva especie de humano que logró terminar con el trato personal cara a cara y que descubrió la manera de acercarse o alejarse de los otros sin dar explicaciones e incluso de ignorarlo sin que se ofenda.

La soledad es la primera causa de muerte por suicidio, después de haberse sentido por mucho tiempo aislado, desconocido, innecesario o prescindible. Es cuando se experimenta la sensación que a nadie le importa que uno exista. 

Muchos se refugian en sus trabajos y tienen amigos virtuales, de esos que apenas conocen, que nunca han visto personalmente, que seguramente les mienten y se comportan como si fueran otros, pudiendo permanecer de ese modo, para siempre.

La familia en la que se ha nacido ha perdido su significado.  Pueden llegar a ser personas, que aunque crean amarse de verdad, prefieren mantenerse lejos.  Y la familia propia representa cada vez más una utopía, porque aunque la soledad los lleve a la muerte, la prefieren.

Las personas jóvenes,  no se dan cuenta que con su actitud van creando su propio destino,  se atreven a ignorar sus necesidades básicas de afecto y terminan odiando a la realidad que crearon ellas.

Vivir en un mundo así, deshumanizado, insensible y mecánico, volcado únicamente a lo práctico, utilizable y rentable, puede ser eficiente en la práctica, pero no eficaz ni deseable para un ser humano.
Puede brindarle comodidades insospechadas pero también frustraciones insufribles, puede matarlo de insatisfacción y aburrimiento y hacerlo sentir anímicamente lejos de la Tierra, como flotando en el espacio.