LA VIDA PUEDE SER MUY BREVE

Leemos las noticias del día y nos enteramos que la fatalidad se encuentra en los lugares menos pensados.

Muere un hombre víctima de una bala perdida mientras intentaba cerrar una ventana durante un cumpleaños.

Una adolescente que estaba de vacaciones con sus abuelos y otros familiares muere al pisar un cable electrificado.

Un hombre se salva de un disparo en un asalto gracias a las tarjetas de crédito que tenía en el bolsillo izquierdo de su camisa.

Este mundo ha sido siempre un lugar peligroso, depredadores, catástrofes naturales, enfermedades, guerras; y la pérdida de seres queridos nos llenan de tristeza, amargura y hasta desesperación, negando la realidad de la finitud de la existencia; porque a pesar de todos estos hechos que inevitablemente ocurren todos los días;  vivimos como si fuéramos a vivir siempre y sólo la fatalidad o simplemente la muerte natural de algún ser querido es lo que nos enfrenta al hecho de lo breve que puede ser la vida.

Cada día es único y muy importante porque todos sabemos que no se va a repetir y que mañana será otro día.  Sin embargo ¿cuántos días dejamos pasar con descuido?, sin entusiasmo, esperando que pase algo positivo pero sin intentar nada para merecerlo, sin animarnos a ser creativos o a tomar una iniciativa.

No se trata de tener la oportunidad de divertirse, viajar, presenciar un espectáculo o ir a una fiesta, sino de atreverse a Ser quien se Es, o sea desarrollando la propia vocación,  y siendo capaces de amar y de ser amados.

La confianza en sí mismo es esencial pero para eso hay que ganársela comprometiéndose a respetar valores y teniendo una conducta fiel a ellos.

No dejen para mañana lo que pueden hacer hoy, aprovechen el tiempo, sean agradecidos, respetuosos de las ideas de los demás,  bondadosos y caritativos y se sentirán mejor; y alégrense de los éxitos ajenos como de los propios porque los otros son el camino para llegar a Dios.