La Obsesión por la Delgadez




Entre los quince y los treinta años, las mujeres principalmente, pueden sufrir trastornos de la alimentación y recibir el diagnóstico de anorexia.
Esta grave enfermedad es de difícil tratamiento y puede llevar a una persona a la muerte.
La imagen de si mismas es rechazada para identificarse con figuras del mundo de la moda y del espectáculo que lucen escuálidas y espectrales, símbolos deformados de la elegancia a costa de la salud.
La búsqueda de la identidad y del si mismo del adolescente se basa principalmente en la aceptación del esquema corporal, característica que hace a la persona única y singular; sin embargo la mayoría pretende ser absurdamente iguales y lucir como frágiles esqueletos fantasmales.
Tanto en la anorexia como en la bulimia existe una distorsión de la percepción que hace que se vean gordas aunque su peso no exceda los cuarenta kilos y tengan la apariencia de un sobreviviente del holocausto.
Muchas fueron los personajes famosos que terminaron sus días muriendo de inanición por su deseo de bajar de peso siendo ya exageradamente flacas, viviendo obsesionadas con la comida y con la figura y no estando nunca satisfechas.
Esta conducta puede ser detectada por los familiares, quienes deberán procurar que la persona afectada realice el tratamiento adecuado en forma inmediata.
Los métodos para revertir esta situación se basan en el aprendizaje de una nueva forma de comer, respetando todas las comidas diarias que deberán incluir todos los nutrientes necesarios para que los pacientes puedan recuperar el peso normal.
Por otro lado, deberán recibir apoyo terapéutico para sostener los resultados a través del tiempo.
Los casos más graves pueden requerir internación durante un lapso aproximado de quince días en establecimientos especializados, debiendo recibir atención combinada de un equipo interdisciplinario. De esta manera se realizarán los análisis necesarios, se conseguirá un control más estricto de la dieta y se podrá verificar de cerca la evolución.
Todavía se ignora bastante sobre este trastorno de la alimentación pero es evidente que la influencia social y los medios de comunicación, que son los que dictan las pautas para ser aceptado y no segregado, son factores importantes que favorecen el desarrollo de esta enfermedad.
Se denomina anorexia cuando el paciente se niega a comer para perder peso, y bulimia cuando se provocan el vómito, toman laxantes o realizan ejercicios físicos exagerados cuando tienen atracones.
El diagnóstico se puede confirmar cuando las pacientes dejan de menstruar durante por lo menos dos meses.
Sin embargo se pueden presentar otras formas inespecíficas de trastornos alimentarios aún cuando la persona tenga un peso normal, cuando por ejemplo se observan actitudes extrañas relacionadas con la comida, como ingerir alimentos en forma compulsiva o eventualmente tener la tendencia a vomitar después de haber comido o a tomar laxantes seguido.
Muchas veces son las propias madres las que transmiten a sus hijas sus mismas obsesiones con la comida y el peso, comenzándoles a controlar la alimentación rigurosamente desde la infancia.