Pena de muerte por lapidación



Cuando en todo el mundo son cada vez más los países donde la pena de muerte está siendo abolida, Irán, es uno de los que ostentan todavía la vergüenza de condenar a las mujeres por adulterio, a la pena de muerte por lapidación.

La lapidación consiste en matar a una persona a pedradas, como se hacía hace más de dos mil años.

En aquella época Jesucristo, profeta de los cristianos, salvó a una mujer de morir lapidada por el supuesto delito de adulterio.

La multitud enardecida, le preguntó a Jesús cuál era su posición ante esta condena y entonces él les dijo a esos hombres: “El que esté libre de culpa que tire la primera piedra”.

Después de esas palabras, se retiraron en silencio y dejaron libre a la mujer.

Luego, Jesús se acercó a ella y le dijo, “Puedes irte y de ahora en adelante no peques más”

Los países que aún tienen pena de muerte por lapidación son además de Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Nigeria, Somalia y Sudán.

Sakineh Ashtiani, fue condenada en Teherán, capital de Irán, por adulterio y por complicidad en el asesinato de su marido.

El adulterio habría sido cometido con dos hombres luego de la muerte de su marido, de modo que la ley obliga a las mujeres a mantener eterna fidelidad a los maridos muertos.

Ashtiani tiene dos hijos, tiene 43 años y fue condenada en el año 2006 a morir lapidada.

Afortunadamente la noticia circuló por todo el mundo y por cuestiones políticas la sentencia fue suspendida. La presión internacional hizo que las autoridades dieran marcha atrás y no aplicaran la condena a Ashtiani.

El abogado defensor, huyó del país y fue el que se ocupó de difundir su caso, logrando evadir la orden de captura de la policía de Irán solicitando asilo político en Noruega.

La pena de muerte por lapidación rige en Irán desde la Revolución Islámica de 1979.

En 2007 otra mujer, Mahbubeth, fue condenada por supuesto adulterio pero ella no tuvo tanta suerte y su sentencia se cumplió, muriendo a pedradas.

Las autoridades de ese país justifican sus códigos legales que están vinculados con la religión islámica, considerando que sus normas respetan las tradiciones y los valores nacionales, que parecen ser más importantes que la vida humana

Para salvar el honor, una multitud es capaz de hacer justicia por su propia mano con la excusa de que su religión y sus leyes lo apoyan.

Me pregunto dónde está la conciencia de cada uno, porque alrededor de veinte mil mujeres son asesinadas por año en todo el mundo por deshonrar supuestamente a sus familias.

El honor enluta los hogares, deja a los hijos sin madres, y enseña a ser crueles y despiadados con el prójimo.

La muerte por lapidación es cruenta y la forma en que debe practicarse figura en el Código Penal de Irán donde también se establece quién es el que debe tirar la primera piedra.

Se entierra a un hombre hasta la cintura y a una mujer hasta arriba de los senos y se procede a tirarle piedras hasta que muere.

Debido a que las lapidaciones resultan muy discutidas, se hacen a puertas cerradas. Los verdugos, que supuestamente son tres, deben ser personas muy sádicas como para soportar una lenta y sangrienta agonía.

Fuente: The Independent, distribuido por Universal Uclick