Clonación



Un experimento que cambió la historia de la reproducción animal y humana fue la clonación de la oveja Dolly en 1996, realizada por Ian Wilmut y Keith Campbell, en el Instituto Roslin de Edimburgo, Escocia.

La clonación consiste en la creación de una copia idéntica de un organismo vivo basada en su propio material genético.

Después del descubrimiento del código genético, se desarrollaron varios sistemas de clonación, principalmente de mamíferos, porque el propósito más discutido y audaz de los científicos es hacer posible la clonación humana.

Este experimento, que inició una nueva era en este controvertido tema, dio como resultado el nacimiento de una oveja idéntica a la donante.

La reproducción de este mamífero logró probar que es posible recrear un nuevo individuo igual a si mismo a partir de una de sus propias células.

El procedimiento consistió en aislar el núcleo de una célula - en este caso de una glándula mamaria de una oveja adulta de seis años - que es donde se encuentra la información genética; y tomar del mismo animal, un óvulo, o sea una célula sexual sin fecundar, retirándole el núcleo y conservando sólo el citoplasma, que es la parte de la célula donde se realizan muchos de los procesos metabólicos de las células.

Por medio de la aplicación de una corriente eléctrica, se logra que el núcleo de la célula de la glándula mamaria que se había aislado, se una al citoplasma del óvulo, al que se le había quitado su núcleo.

Esa nueva célula obtenida in vitro dio origen a un embrión sin haber sido fecundado, el cual fue implantado en el útero de la donante, o sea de la oveja que se deseaba clonar; llevándose a cabo la gestación en forma normal y a su debido término.

La noticia del nacimiento del primer mamífero clonado que nació en 1996, recién después de cientos de intentos fallidos, se publicó en 1997.

La oveja Dolly vivió su vida en el Instituto Roslin donde también fue madre de seis crías; pero a los cinco años de edad se enfermó de artritis y finalmente falleció en 2003, a los 7 años, al desarrollar un cáncer de pulmón, común en ovejas mayores.

Algunas opiniones consideran que la oveja Dolly tuvo un envejecimiento prematuro, ya que se trataba de un clon de una oveja que ya tenía seis años y ella nació con los genes de un animal adulto de seis años. Otros científicos opinan que su desarrollo vital fue normal; sin embargo su muerte se produjo a la mitad de la edad promedio que suelen vivir las ovejas.

Posteriormente se continuaron con los experimentos clonando otras especies.

Investigaciones realizadas por Ian Willmut, uno de los científicos que clonaron a Dolly, demostraron que los animales que se han clonado en el mundo presentan malformaciones genéticas y físicas y un envejecimiento precoz.

Este resultado se puede interpretar de dos maneras, o bien aún no se dispone de la técnica adecuada, o es imposible emular la perfección de la naturaleza en una probeta.

Como para los científicos todo lo que el hombre pueda imaginar es posible, seguramente seguirán intentando probar que no se equivocan.

Para ellos, los límites sólo existen para intentar superarlos y ese es el constante desafío del hombre de ciencia, llegar a vencer las leyes de la naturaleza y concretar sus sueños fantásticos.

La historia de la ciencia nos muestra que el avance es indiscutible pero muchas veces a costa de graves errores.