Neurociencia



Esta ciencia estudia los defectos de las conexiones nerviosas que producen alteraciones psicológicas.

Estas investigaciones exigen volver a examinar las que hasta ahora se consideraban eran las causas de las enfermedades mentales. Dado que muchas patologías no presentan daños cerebrales que se puedan registrar, durante mucho tiempo, se creía que estos trastornos eran solamente psicológicos.

Actualmente, el avance de la tecnología permite obtener imágenes del cerebro en las que es posible observar anormalidades en la función de algunos circuitos neuronales donde se cree tienen origen muchas de las enfermedades mentales.

Esta es la primera vez que se pueden localizar los defectos de algunas de las funciones cerebrales que son causa de alteraciones mentales y esta posibilidad permitirá conocer el origen de la disfunción del circuito neuronal, obtener métodos para su diagnóstico y realizar tratamientos específicos.

Es difícil indicar tratamiento médico si no se sabe la causa de las enfermedades. Hasta hace poco tiempo la estrategia para solucionar un trastorno mental era la psicoterapia, pero actualmente la biología moderna, la neurociencia y el estudio genético contribuyen para combatirlas.

La causa del autismo por ejemplo, responde a una anormalidad en las conexiones neuronales, que en general se atribuye a mutaciones genéticas.

En cuanto a la esquizofrenia, hoy en día es una enfermedad que es considerada y tratada como una alteración del desarrollo del cerebro.

Con referencia a la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo o por estrés postraumático, algunos médicos especialistas se muestran renuentes a aceptar que también sean problemas fisiológicos.

Las técnicas actuales permiten registrar los niveles de actividad del cerebro o los problemas en las conexiones neuronales de distintas zonas del cerebro, aunque el paciente haya perdido gran cantidad de células.

Las conexiones nerviosas se asemejan a circuitos eléctricos, pero aún no se conoce del todo el diagrama de los circuitos de cada enfermedad concreta.

La depresión es la enfermedad que afecta a gran parte de la población mundial, trastorno que produce graves consecuencias en la vida de los pacientes, como pérdida de sus empleos, adicción a las drogas o al alcohol y hasta suicidios.

Los síntomas de la depresión, además de la desesperanza, la impotencia y la desmoralización, son también físicos, como insomnio, falta de apetito, pereza intestinal, fatiga, etc.

Es una enfermedad que también afecta los sistemas inmunológico y hormonal y aumenta la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, pero básicamente es un trastorno cerebral.

Existen algunos indicios que designan a una pequeña zona de la corteza prefrontal, como uno de los focos del circuito neuronal comprometido en la depresión, región del cerebro de difícil acceso.

En los pacientes con depresión este sector, denominada área 25 por el neurólogo alemán Korbinian Brodmann, registra una actividad inhabitual que puede disminuir tanto con medicación como con psicoterapia.

Esta zona del cerebro posee abundantes transportadores de serotonina, proteínas que regulan la cantidad de ese neurotransmisor que necesitan las neuronas.

Se cree que muchos antidepresivos actúan sobre estos transportadores de serotonina.

Los estudios muestran que los individuos que tienen una menor producción de esta proteína transportadora de serotonina, tienen un mayor riesgo de padecer depresión.

Hoy en día se considera que la depresión efectivamente se relaciona con una actividad anormal del área 25, que además perturba una gran red de conexiones neuronales.

El área 25 del cerebro controla la red neuronal y la actividad de ciertas regiones que se relacionan con el miedo, la memoria y la autoestima, que alteran la visión del mundo y la propia vida interna del paciente.

Fuente: Investigación y Ciencia, Thomas R. Insel, psiquiatra y neurólogo, director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.