El Pianista


La película "El pianista" conmueve por su profundidad, dado que no es común que en el séptimo arte las reglas implacables del mercado permitan a un director llegar a reflejar el alma de los protagonistas que cobran vida en sus obras, hasta lo más hondo.

Si bien es cierto que es un film fuerte y crudo, como en general lo son las que se atreven a incursionar en los horrores de la guerra; las escenas cruentas y todo lo que se exhibe son necesarios.  No por nada ganó tantos premios, señal que también los jurados están cambiando.

Desde mi punto de vista lo más valioso de esta producción es haber reflejado con tanta fidelidad que hay personas en este mundo que frente a una situación límite pueden no responder como todo el mundo lo haría, sino de la manera más inesperada y que esa forma peculiar de enfrentar la adversidad depende de su  nivel de conciencia.

El pianista es un artista, un espíritu elevado por la música que ve la vida desde esa perspectiva, puede comprender, aceptar, renunciar, tolerar y principalmente no rebelarse frente a las injusticias, la prepotencia, los insultos, el maltrato, la pérdida de la dignidad y de las personas queridas y a la necesidad extrema sufrida durante el holocausto, sencillamente porque está más allá del bien y del mal y puede percibir no la conducta parcial sino el todo.

Curiosamente o no tanto, su humildad y vulnerabilidad no despierta odio ni agresividad en sus enemigos y puede salir airoso de todas las situaciones de peligro, porque para ellos él es una persona que por su actitud no representa ningún riesgo.

Después de años de sufrimiento y vejámenes, su virtuosismo en el piano le salva la vida y le permite vivir una experiencia aleccionadora, el hecho de que la música puede amansar a las fieras y que hasta el hombre tal vez más temido y poderoso puede convertirse en alguien pacífico.

Esta película nos brinda la esperanza de pensar que es posible que la humanidad puede algún día ser diferente, porque si hay uno solo que puede serlo todos los demás también pueden, sólo que necesitan darse cuenta, ampliar su horizonte, acceder a otro plano de conciencia para poder percibir que todos nosotros somos parte de lo mismo y que el otro es tan importante como nosotros mismos.