Fobia Social



El miedo social es la dificultad para relacionarse con otras personas, ya sea por cuestiones amistosas, familiares, comerciales, educacionales, afectivas o sexuales.

El miedo es una emoción instintiva que sirve para defenderse de los peligros reales externos. Cuando el miedo se extiende a circunstancias, situaciones o personas, que no representan amenazas reales para un individuo sino que responde a una causa imaginaria, inhibiendo su acción, se puede considerar que se trata de una fobia.

Cuando una persona sufre de una fobia, para evitar la ansiedad, tratará de eludir la causa que la provoca Por ejemplo, si teme subir a un ascensor utilizará la escalera aún cuando tenga que subir muchos pisos; si teme viajar en avión usará cualquier otro medio de transporte y evitará volar, si teme a la gente procurará no relacionarse con los demás y se negará a participar en reuniones sociales, a asistir a clases educativas o a espectáculos públicos, y si teme salir a la calle permanecerá encerrado en su casa.

Existen gran cantidad de fobias a distintos objetos o situaciones y éstas dependen de las experiencias, la imaginación o de las creencias de los sujetos.

Las fobias, si no se tratan adecuadamente, con el tiempo se extienden a otros objetos o circunstancias, llegando a provocar la reclusión parcial o total de un individuo, paralizando su acción y cerrándose en sí mismo.

La fobia puede ser uno de los síntomas de la depresión pero también puede ser una enfermedad en sí misma.

Una personalidad obsesiva puede utilizar como mecanismo de defensa a una fobia; porque el problema de las fobias es el control, o sea la necesidad de controlar todo.

Todos tenemos miedo frente a una situación nueva que puede resultar amenazante, no solamente desde el punto de vista físico sino también psicológico, la diferencia es lo que hace cada uno con sus miedos.

Hablar en público, por cuestiones de trabajo, o en cualquier otra circunstancia que no implique ningún riesgo físico puede resultar para algunas personas una experiencia atemorizante que puede afectarle la memoria e impedirle expresarse, cercenando sus posibilidades tanto laborales como afectivas.

La persona, más que decir lo que desea cuando está frente a otras personas, necesita cumplir con las expectativas y comportarse adecuadamente, renunciando a ser quien es e intentando ser como los demás.

Pero lo más importante es que podemos liberarnos de las fobias si somos capaces de enfrentar aquello que las provoca.

Las terapias cognitivas pueden dar excelentes resultados en poco tiempo, ayudando a enfrentar los miedos, mediante la implementación de técnicas contrafóbicas y proporcionando información clara sobre la irracionalidad de los miedos.

En una terapia profunda, de mayor duración, se pueden llegar a descubrir las causas profundas inconscientes que originaron una fobia.

Las fobias y los ataques de pánico se han convertido en patologías comunes en nuestros días, en una sociedad compleja que exige cada vez más control y que a la vez está perdiendo el valor y el sentido trascendente de la vida.

El hombre, desde que existe, ha podido acceder a su dimensión espiritual a través de la intuición, que es el saber que le permite vislumbrar que tiene una conciencia eterna, más allá del intelecto y del cuerpo.

Para no vivir esclavo del temor, la humanidad necesita abandonar el control y recuperar la fe en el poder que está en su interior.

Malena