El Cerebro Masculino


Los circuitos cerebrales del hombre que procesan las emociones son diferentes a los de la mujer.

Hoy se sabe que el cerebro cuenta con dos sistemas emocionales que funcionan simultáneamente, los hombres tienden a usar uno de ellos y las mujeres el otro.

El sistema de circuitos cerebrales que suele utilizar el hombre es el encargado del análisis y la búsqueda de soluciones o sea el de la empatía cognitiva.

Este sistema marca una nítida barrera entre las emociones del yo y del otro, permitiéndole al hombre mantenerse libre de las emociones de los demás y ocuparse de buscar una solución práctica.

Como las mujeres se manejan más con el otro sistema, si bien admiten que el hombre puede encontrar la forma de solucionar los problemas, sienten que no son comprendidas.

Mientras las mujeres parecen regodearse con la angustia los hombres no están diseñados para eso, de modo que frente a una situación emocional recurren a la acción y siguen adelante hasta encontrar una solución.

Las mujeres sólo pueden compartir sus emociones con otras mujeres pero no con un hombre.

Pero esto no quiere decir que no tengan sentimientos, simplemente significa que buscando soluciones es la forma de demostrar su interés y su amor.

Los hombres son entrenados desde muy chicos a no expresar sus emociones y a mostrar una expresión facial de coraje, seguridad y fortaleza, y por su parte, las mujeres han sido enseñadas a exagerar la expresión facial de sus emociones.

Las caras de póquer de los hombres suele irritar a las mujeres, sin embargo los estudios neurológicos realizados muestran que es una respuesta automática.

Es por esta razón que los hombres difícilmente se involucren en conversaciones con mujeres que hablan de sus emociones que finalmente suelen terminar en llanto o en escenas intensas; en lugar de eso, si no pueden eludir la situación, no se involucran emocionalmente y le buscan la solución racional al problema.

Las hormonas sexuales pueden ser en gran parte responsables de los distintos estilos emocionales que utilizan los hombres y las mujeres.

El resultado es que los hombres no ven el mundo como las mujeres y ellas tampoco lo ven como los hombres.

La expresión de la ira, por ejemplo, no es igual en el hombre que en la mujer. Se ha demostrado que en el día el hombre se pone veinte veces más agresivo que la mujer frente a las mismas circunstancias.

En los atascamientos del tránsito se puede corroborar que son más los hombres que se bajan de sus automóviles para pegarle a otro conductor que las mujeres; pero también son los que más insultan y se alteran cuando manejan.

Cuando un hombre pelea con su mujer, si ésta no se controla y exacerba su ira, él no puede parar y lo interpreta como un desafío en el que está en juego el territorio y el dominio.

En cuanto a la memoria, las mujeres recuerdan mejor los detalles emocionales de los hechos y cuando pelean con su pareja reviven el enfado, el miedo y la tristeza que sintieron en su momento; pero el hombre esencialmente sólo suele recordar los hechos, las cifras o las fechas.

Las investigaciones muestran que los hombres iracundos llaman más la atención a las mujeres, sin embargo, esa característica que alguna vez los unió hoy puede ser el motivo de una separación.

Malena

Fuente: “El cerebro masculino”; Louann Brizendine