Cerebros jóvenes a cualquier edad


Ya hace mucho tiempo que los científicos se dedican a investigar si es verdaderamente inevitable que el cerebro pierda sus capacidades con la edad.

Un estudio reciente muestra que algunas personas de más de ochenta años pueden conservar su cerebro sin ningún deterioro y una excelente memoria.

Aunque todavía no se ha logrado sabe qué región cerebral es la que hace posible esta diferencia, se supone que es la que se relaciona con la capacidad de atención (el cíngulo anterior).

Durante las pruebas de memorización, el rendimiento de algunos integrantes del grupo de octogenarios participante, no mostraba diferencias con respecto a otro grupo de personas más jóvenes que participaba, que tenían entre 50 y 65 años de edad; y tampoco presentaban el deterioro cerebral típico de la edad sino que al contrario, sus cerebros se conservaban mucho mejor que los participantes más jóvenes.

Los scáners de resonancia magnética estructural mostraron, en los octogenarios que se destacaron por su memoria, que el área cerebral importante para la atención era más gruesa y que comparándolos con otros ancianos tenían más neuronas de von Economo, que son las células del cíngulo anterior que participan en el pensamiento de alto nivel.

Emily Rogalski, del Centro de Neurología Cognitiva y del Alzhéimer de la Universidad del Noroeste, es la autora principal de esta investigación, cuyo objetivo es descubrir los factores genéticos y los hábitos que conducen al deterioro cerebral debido a la edad avanzada con el objetivo de llegar a prevenirlos y mejorar la calidad de vida de los ancianos.

Existen motivos para creer que la actividad que se desarrolla en la vejez puede influir notablemente en el mantenimiento de un cerebro joven.

Estudios realizados por Gro Amdam, de la Universidad estatal de Arizona, con abejas, mostraron que aquellas que tenían que volver a dedicarse al cuidado de las crías, por haber sido expulsadas las más jóvenes, artificialmente, de la colmena, lograban revertir los efectos negativos del envejecimiento cerebral y se desenvolvían de la misma manera que la generación más joven. En cambio, aquellas que asumían el rol que les correspondía por ser más viejas sufrían de un rápido declive físico y cognitivo.

Según esta teoría, se puede inferir que cuando las personas de mayor edad realizan tareas que habitualmente están a cargo de los más jóvenes, tienden a presentar un incremento en los niveles de antioxidantes en su cerebro y se retrasa su reloj biológico.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro”; “Investigación y Ciencia”; No.59/2013; “La juventud se contagia”; Morgen Peck y “Cerebros con treinta años menos”; Melinda Wenner Moyer.