Meditación de Conciencia Plena - Segunda Parte


La gente cree que la meditación consiste en reflexionar profundamente sobre temas metafísicos, sobre la vida, la muerte o sobre el cosmos, pero en la meditación de conciencia plena la atención se centra en la experiencia corporal o sensorial, no en la reflexión intelectual o conceptual.

También se suele pensar que la meditación consiste en vaciar la mente de pensamientos, algo difícil de hacer ya que los pensamientos están siempre presentes, pero no se trata de no pensar sino de no involucrarse con esos pensamientos ni dejarse llevar por ellos y de observarlos en lugar de aceptarlos.

Tampoco se trata de lograr relajarse o de lograr una comunicación trascendente, sino de observar la naturaleza de las emociones, su efecto en el cuerpo y las conductas que provocan.

Las emociones negativas no hay que negarlas o reprimirlas sino aceptarlas, darles su lugar en la psique, dejarlas que existan para poder expresarlas en su justa medida y de esa manera poder recuperar su control.

Investigaciones científicas actuales muestran la validez de la meditación de conciencia plena en el tratamiento de algunos trastornos físicos y psíquicos, como el estrés, enfermedades cardiovasculares, dolores crónicos, patologías de la piel y problemas respiratorios; observándose también una mejora anímica en enfermos de cáncer, una disminución de la fatiga una mayor tolerancia al dolor y a la actividad física en pacientes con lumbalgias crónicas.

La terapia cognitiva enseña la práctica de la meditación de conciencia plena, para que los pacientes logren modificar su reacción frente a sus pensamientos negativos, puedan observar el estado emocional que les suscitan esos pensamientos, las respuestas corporales que les provocan y la tendencia a aislarse que les generan, ayudándolos a tolerar esos pensamientos y a no dejarse influir por ellos; y en los casos de depresión se utiliza para prevenir las recaídas.

En las terapias para la reducción del estrés, basadas en la conciencia plena, el método desarrollado por el psicólogo de la Universidad de Massachusetts Jon Kabat-Zinn, consiste en enfrentar las situaciones de estrés diarias y no evitarlas distrayéndose con algún escapismo o con trabajo, sino dándose cuenta de cuáles son específicamente los hechos que provocan estrés para encontrar la forma de evitar que se agrave o se haga crónico.

Esta terapia también se utiliza para el tratamiento de los estados crónicos de ansiedad o dolor.

La terapia conductista dialéctica concebida en la Universidad de Washington, por el psicólogo conductista Marsha Linehan para quienes sufren de un trastorno límite de la personalidad, consiste, entre otras cosas, en un ejercicio regular de meditación zen adaptada, que permite tolerar mejor las emociones dolorosas y evitar la descarga de la tensión con agresiones físicas o verbales, el suicidio o caer en adicciones.

El método del médico suizo Vittoz, desarrollado a principios del siglo XX, se asemeja mucho a la meditación de la conciencia plena, porque consiste en aprender a prestar plena atención al momento presente para poder liberarse de pensamientos y automatismos mentales y conductuales relacionados con el pasado.

La terapia de enfoque abierto, que propone el psicólogo Les Fehmi se basa en ejercicios de regulación de la atención parecidos a la meditación de conciencia plena, que consisten en ampliar el campo de percepción privilegiando la atención hacia todo lo que rodea al sujeto y tratar de abandonar la estrechez mental concentrada en una sola idea, esforzándose más en sentir que en reflexionar.