La Inteligencia Emocional


Hay personas que tienen más habilidad para relacionarse que otras, o sea que tienen una mayor capacidad de empatía natural. Estas personas generalmente suelen tener éxito en sus estudios, en sus trabajos o en sus negocios; se destacan como vendedores, maestros o profesionales, tienen muchos amigos y no tienen problemas para conseguir una pareja.

¿Cómo lo hacen? Es la pregunta que muchos se formulan y que ha llevado a psicólogos y filósofos a investigar sobre este tema.

El objetivo de sus estudios era encontrar la fórmula que permite también a los que no poseen esa capacidad natural, aprenderla y desarrollarla y así poder obtener los mismos beneficios.

Todo lo que un ser humano puede imaginar lo puede lograr; no sólo con un elevado coeficiente intelectual sino en gran medida, utilizando su inteligencia emocional; es decir, controlando sus reacciones emocionales negativas que atentan contra el cumplimiento de sus objetivos y cambiándolas por otras que les permitan obtener lo que desean.

La inteligencia emocional es un concepto que usaron los psicólogos de la Universidad norteamericana de Yale, Peter Salovey yJohn Mayer; para referirse a la capacidad de sentir, comprender, controlar y cambiar el propio estado de ánimo y también el de los demás.

Esta forma de inteligencia fue retomada por el periodista, filósofo y psicólogo Daniel Goleman y difundida en su libro “Inteligencia Emocional”.

La inteligencia emocional forma parte de la inteligencia general de una persona, sólo que su función no se consideraba tan importante como el nivel intelectual y la capacidad de pensar racionalmente, que en las sociedades modernas son las aptitudes que se priorizan.

Sin embargo, el éxito en la vida y el cumplimiento de los objetivos depende sólo en un 25% de la capacidad intelectual, mientras que el 75% se relaciona con las habilidades emocionales.

La inteligencia emocional es la habilidad de darse cuenta de lo que está sucediendo en el tiempo presente y al mismo tiempo poder detectar lo que se está sintiendo. Es la cualidad que hace que una persona pueda controlar sus emociones y canalizarlas adecuadamente, representando un recurso óptimo para motivarse y también para motivar a los demás.

Esta forma de inteligencia permite desarrollar la empatía, o sea la capacidad para entender lo que siente o piensan otros, incrementa la aptitud de liderazgo y la eficacia para convencer, negociar y dirigir equipos de trabajo; permitiendo encontrar soluciones, resolver problemas, disipar las emociones negativas y aumentar la creatividad.

La inteligencia emocional es una habilidad que se puede desarrollar, aprendiendo a observar y escuchar a los demás y a ponerse en su lugar; a controlar las propias emociones dándose cuenta si son eficaces para resolver problemas o si obstaculizan la creatividad o la solución de los conflictos; a cambiar de estado de ánimo, adoptando uno más saludable; a canalizar el estrés con recursos más sanos; a ser más creativos; a repensar las reacciones que se apartan de los objetivos, a aumentar la autoestima, a mantener la calma en las situaciones críticas y a planificar el bienestar futuro con optimismo.

Todos deseamos una vida plena y sentirnos satisfechos, sin embargo, son nuestras propias emociones negativas las que atentan contra estos objetivos, por eso es tan importante aprender a tener conciencia de la importancia que tienen las emociones en nuestras vidas tanto laborales como afectivas, eligiendo aquellas que nos ayudan a cumplir nuestros propósitos y descartando la que nos alejan de ellos.

Malena

Fuente: “Inteligencia Emocional”; Daniel Goleman.