El demonio que todos llevamos dentro



Nadie es totalmente bueno ni está exento de malos pensamientos, la diferencia es cómo lidiamos con ese demonio que llevamos dentro, si lo aceptamos para poder trascenderlo o si lo ignoramos y se convierte en un obstáculo para nuestras relaciones y nuestro crecimiento.

Es importante conocer tanto la luz como la sombra de nosotros mismos, porque en algún momento los aspectos negativos afloran y son los que nos llevan a ver en los otros,  las cosas propias que no nos agradan  y a comportarnos en forma autodestructiva.

Se trata entonces de reconocer esas emociones reprimidas que no nos enorgullecen y de tomar conciencia que existen,  para que no continúen influyendo en nuestras vidas.

Todos esos pensamientos y sentimientos que hemos reprimido y que permanecen aún en el inconsciente,  forman parte de nuestra sombra psicológica, que es la que oculta las emociones que nos han hecho sufrir y que todavía no hemos podido resolver pero que vuelven a la luz cada vez que nuestra experiencia actual nos amenaza con las mismas señales de peligro.

Solamente si asumimos que nuestra sombra existe y la aceptamos,  podremos trascenderla.

Tanto nuestra luz como nuestra sombra es lo que hemos elegido de todas las experiencias que hemos vivido, de los valores que hemos conocido y de todo lo que hemos aprendido, tanto de nuestra familia, como del entorno y de la escuela a la que asistíamos.

La clave para descubrir nuestra sombra es observar nuestras reacciones exageradas frente a las conductas de los demás, que objetivamente no merecen tal consideración pero subjetivamente nos pueden llegar a desequilibrar.

La sombra suele irrumpir en la conciencia en forma de conductas impulsivas que no nos permiten reflexionar, y lo que más nos molesta de los otros son los propios atributos que no reconocemos.

Aceptar la sombra implica aceptarnos a nosotros mismos y poder amarnos tal como somos, ya que si no la reconocemos y la ignoramos estaremos limitados como personas y tendremos serias dificultades para relacionarnos y para desarrollarnos y crecer.

Una persona completa y sana es la que puede dejar el pasado atrás y ser libre  para ver la realidad tal cual es ahora, desde un nivel más alto, aceptando sin miedo y con honestidad,  abrazar tanto su lado luminoso como también su lado oscuro, para quererse más a sí misma y amar a los demás.

Malena