El Origen de la Ansiedad


Gran parte de los trastornos de la personalidad pueden ser el resultado de una comunicación inadecuada en la infancia, cuando los procesos comunicativos son obstaculizados por la ansiedad como consecuencia de patrones particulares de interacción que se pueden producir entre las personas.

Estos fenómenos se desarrollan y modelan a partir de la primera experiencia interpersonal que luego es trasladada por el infante a su experiencia interpersonal siguiente.

Estos moldes de comportamiento se establecen en la vida más temprana y en la medida en que los procesos de ansiedad hayan ´contribuido a la formación de esos patrones, la conducta podrá ser más o menos inapropiada o inadecuada.

La ansiedad constituye la fuerza más destructora de las relaciones interpersonales y constituye el factor más importante en el desarrollo de serias dificultades para establecer vínculos saludables.

La ansiedad se instala cuando la tensión que producen las necesidades de un recién nacido, que no pueden ser expresadas, son insatisfechas; y la necesidad de alivio de la ansiedad es equivalente a la necesidad de seguridad interpersonal.

La necesidad es un desequilibrio y ese desequilibrio se relaciona con las acciones que se realizan para satisfacerla.

La ansiedad tiene su origen en ciertos trastornos emocionales que padece la persona más significativa para el niño o debido a una perturbación provocada por la violencia en sus primeras experiencias con la realidad.

La tensión de la ansiedad de la madre induce ansiedad en la criatura, la cual no tiene capacidad de acción para aliviarla.

La experiencia más parecida a la ansiedad es la del terror que representa el mayor grado de tensión absoluta.

Lo único que se puede hacer para mitigar la ansiedad infantil es que la madre deje de estar ansiosa.

Las experiencias durante la lactancia se pueden diferenciar en pechos buenos, pechos malos y pechos erróneos, de los cuales el bueno es el que satisface la necesidad de alimento y de ternura, el malo es el pecho de una madre ansiosa y el erróneo es el incorrecto, inadaptado e inútil para la satisfacción del hambre, como puede ser la escasez o la ausencia de leche o una madre psicológicamente ausente.

Todos hemos tenido experiencias de pechos buenos y pechos malos, la diferencia la hace el equilibrio de ambas tensiones, tensiones de ansiedad y tensiones de satisfacción.

En definitiva, la ansiedad es en gran parte responsable de los comportamientos inadecuados en el futuro de una persona.

Los niños tímidos tienen tanto miedo de hacer algo malo que no pueden hacer lo que más desean y el niño malevolente o “matón” se desquita con sus hermanos menores, con su perro o su gato.

A estos niños se les ha negado la ternura, han sido tratados de una forma que les ha provocado ansiedad o dolor, han aprendido que la necesidad de ternura trae ansiedad y dolor y entonces muestran una actitud malevolente básica, o sea la actitud de quien siente que vive entre enemigos.

Si el niño aprende que sólo lo tratarán con ternura si evita el castigo y la ansiedad y a la vez se siente recompensado al ser bien tratado y aprobadas sus acciones, más adelante se convertirá en un obsesivo.

La ira y el resentimiento provocado por el uso represivo de la autoridad se utilizan para ocultar la ansiedad y desprenderse de la tensión; y ocultar el resentimiento y la ira puede iniciar procesos como las enfermedades psicosomáticas.

Una criatura también es influenciada por el tipo de vínculo que tenga con cada uno de los dos progenitores y según sea ese modo de relación definirá su identidad sexual.

Las experiencias de aprobación, desaprobación, elogio, culpa, sentimiento de vergüenza, con la actitud de las personas revestidas de autoridad también influyen en la adquisición de las adicciones.

Malena
Fuente: “La teoría interpersonal de la Psiquiatría”; Harry Stack Sullivan