El
miedo al cambio produce estrés e infelicidad, no permite enfrentar los
problemas, aceptar las pérdidas, los cambios tecnológicos ni las situaciones nuevas.
La naturaleza
cambia minuto a minuto y nosotros tenemos que hacer lo mismo porque formamos
parte de ella.
El
cambio es un proceso natural que nos transforma y nos rejuvenece y todos contamos con los recursos para adaptarnos a él en forma natural, eficaz y positiva.
Las
creencias muy arraigadas atentan contra la idea del cambio, paralizan la acción y no permiten responder
con eficacia a las nuevas exigencias.
La
falta de interés en lo que pasa alrededor tampoco ayuda a darse cuenta de lo
que está cambiando, que puede ser más útil que lo conocido y mejorar la situación.
A
la mayoría le cuesta seguir el ritmo vertiginoso del cambio en las sociedades
modernas. La brecha generacional se
profundiza y cada vez resulta más difícil la convivencia.
Estar cómodo en un trabajo puede entorpecer el desarrollo y la creatividad; y mantener indefinidamente una relación insatisfactoria por temor al cambio, puede amargar el carácter y destruir la capacidad de disfrutar de la vida.
Estar cómodo en un trabajo puede entorpecer el desarrollo y la creatividad; y mantener indefinidamente una relación insatisfactoria por temor al cambio, puede amargar el carácter y destruir la capacidad de disfrutar de la vida.
Los
cambios pueden provocar depresión porque la primera reacción es oponer
resistencia, sentirse víctima y convencerse de ser incapaz de incorporarlos en la propia vida. Obligan a cuestionar los valores relativos, a
enfrentar la inseguridad y la frustración que provocan y a ampliar la perspectiva.
Pero
aunque los cambios siempre nos quitan algo, también son portadores de algo nuevo que
puede ser mejor.
Los
cambios son necesarios y por eso hay que estar prevenido y darse cuenta que son inevitables, saber que nada dura
para siempre, que hay que valorar el presente y entregarse sin resistencia a lo
que viene.
El
mundo nos ofrece cosas nuevas que pueden ser la oportunidad que necesitábamos
para mejorarnos y que no tenemos que despreciar sino que debemos aprovechar.
No
siempre “todo lo pasado fue mejor”, el pasado forma parte de la historia
personal y sirve como experiencia, pero el presente es el momento que nos brinda otra
oportunidad para mejorarla, darle mayor riqueza, nueva vida y mayor significado.
Cambiar
es difícil pero todos lo podemos lograr, con poder de decisión, coraje y
voluntad.
Malena
Más información: “Quién se ha llevado mi queso?; Spencer Johnson, médico.
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