¿Existe el mundo independiente del observador?




Una de las creencias más pesimistas sobre la realidad actual es que ya está todo hecho y no queda más nada por descubrir.  Craso error, porque ya la historia de la ciencia nos revela que hace más de cien años muchos científicos pensaban lo mismo y se equivocaron.

Estas ideas prosperaban principalmente por el alto nivel de desarrollo científico que se había alcanzado a fines del siglo XIX que hacían suponer que todos los misterios de la física ya se habían revelado.

Sin embargo, el descubrimiento de los rayos X, del electrón y el fenómeno de la radiactividad ;  fueron decisivos para expandir el conocimiento; y es así que a partir del siglo XX, la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica se consideran física moderna.

Eso no quiere decir que la física de Newton ya no sirva,  porque es la que puede explicar la mayoría de los fenómenos que ocurren en la vida cotidiana; sino que significa que para estudiar fenómenos astronómicos,   se necesita utilizar la teoría de la relatividad; y cuando se trata de fenómenos subatómicos, se debe recurrir a la mecánica cuántica.

Algunas de las ideas de la física clásica también tuvieron que ser modificadas, como la idea de espacio y tiempo (no hay un espacio y un tiempo separados sino una unidad espacio tiempo),  la idea de partícula  (la  partícula pueden ser también una onda),  y la idea del principio de causalidad que rige para la vida cotidiana (que en el mundo subatómico se ve afectado por la mecánica cuántica).

Albert Einstein elaboró la teoría de la relatividad, especial y general en dos breves períodos de tiempo; en cambio la mecánica cuántica fue el resultado de un proceso más largo en el que participaron varios científicos, entre ellos el científico alemán Werner Heisenberg, que con sólo 23 años, fue distinguido con el premio Nobel de Física, por ser el primero en elaborar las bases formales de esa teoría.

La mecánica cuántica es un método general que puede resolver los problemas relacionados con la teoría de la radiación y que ha llevado a la física a un nuevo nivel de pensamiento.

Gracias a la mecánica cuántica ha sido posible desarrollar ordenadores, teléfonos móviles, lectores de DVD, etc.,  productos de tecnologías que se basan en semiconductores o en láseres.

Heisenberg descubrió que el principio de causalidad de la física clásica se veía afectada por la mecánica cuántica en el mundo subatómico. Demostró que la mecánica cuántica le pone límite a la precisión con la que se pueden conocer la medida de la posición y la medida de la velocidad de una particula al mismo tiempo, independientemente de los instrumentos de medida que se utilicen; o sea que cuando se mide la velocidad de una partícula no se puede precisar su posición exacta,  sino el cálculo en términos de probabilidades y cuando se mide la posición exacta no se puede precisar la velocidad sino su probabilidad.

Si como dice Heisenberg, los conceptos físicos sólo tienen sentido en función a los experimentos que se realizan y el observador influye en la realidad que está observando, cabe la pregunta siguiente:
¿Existe objetivamente el mundo en que vivimos si no estuviéramos nosotros observándolo?

Por un lado, el determinismo de la física clásica nos parece  incompatible con el libre albedrío; ¿cómo podemos elegir si todos los sucesos están  determinados de antemano según la ley de causa y efecto?; y por otro,  el principio de incertidumbre de Heisenberg que parece ponerle límites al conocimiento objetivo de la naturaleza al descubrir la influencia del observador sobre los fenómenos,  a nivel subatómico.

Para Heisenberg más que un principio de incertidumbre se trata de una relación o desigualdad, ya que incertidumbre significa que el sujeto no tiene un conocimiento seguro y claro de algo y lo que postulan las desigualdades es que la precisión en las medidas de posición y velocidad de las partículas no se puede alcanzar en forma simultánea en el mundo subatómico. 

El mundo objetivo es posible que exista más allá de nosotros mismos, pero seguramente no es como lo percibimos,  porque la percepción de la realidad depende de los contenidos subjetivos que para cada individuo son distintos.  

Malena
Fuente: “Heisenberg, El principio de incertidumbre.”