La
Programación Neurolingüística utiliza las técnicas de aprendizaje para cambiar
de estado de ánimo.
Cada
desafío de la vida nos obliga a estar en un estado mental óptimo para poder
enfrentarlo satisfactoriamente.
El
estado mental incluye todos los pensamientos que ocupan la mente, todas las emociones y la fisonomía que
refleja una persona, en un momento dado.
El
estado mental cambia en forma permanente y cada vez que una persona logra
modificarlo, también cambia el entorno que la rodea.
El
recuerdo de experiencias felices del pasado puede provocar un impacto positivo
en el estado mental presente y aumentar los recursos.
Las
personas que aprenden a cambiar sus estados emocionales a voluntad, logran una
libertad emocional que puede cambiar sus vidas.
Estas
personas no se vuelven indiferentes a lo negativo que les pasa sino que pueden
vivir plenamente esas circunstancias, pero en lugar de quedar fijados a ellas, aprenden
de ellas y son capaces de seguir adelante sin quedarse detenidos en esas
eventuales emociones dolorosas.
Por
lo tanto, en lugar de reaccionar simplemente frente a los hechos, tenemos el
poder de influir sobre nuestro estado mental y cambiarlo a voluntad.
Todos
los seres humanos con sólo pensar en algo, espontáneamente pueden cambiar
de estado mental, poniéndose alegre si
piensan en algo agradable o triste si piensan en una circunstancia penosa; sin que
sea necesario que en ese momento esté ocurriendo en el presente algo alrededor
que lo provoque.
La
PNL nos dice que se puede inducir a una persona a tener un estado mental
particular; y eso lo comprobamos en forma permanente, ya que todos, con nuestra
conducta o con nuestras palabras, somos
capaces de llevar a cualquier otro, a un
estado de ánimo diferente.
Pero
si nuestra intención es positiva, una manera simple de inducir a otro un estado
emocional favorable es sugiriéndole en forma clara, segura y con una actitud
confiable, que intente revivir plenamente una situación del pasado en la que
haya experimentado dicha emoción.
No
todas las personas son capaces de reconocer los estados emocionales que tienen
otros, aunque éstos se manifiesten claramente reflejados en sus rostros.
Esta
capacidad de darse cuenta cómo se siente el otro, la PNL la denomina
calibración.
La
calibración es una habilidad que tenemos todos pero que no siempre se
desarrolla, por ejemplo alguien que
confía demasiado en las palabras de una persona sin prestar atención a las
demás señales de su fisonomía que están indicando realmente cómo se siente.
Sin
embargo, hay personas que tienen tan
desarrollada esta capacidad que dan la impresión que pueden leer la mente.
Para
poder controlar nuestros estados de ánimo es necesario tener equilibrio
emocional y sensatez.
La
PNL denomina ancla a los estímulos del pasado que atraen un estado psicológico
determinado. Otros encuadres teóricos
los denominan estímulos condicionados.
Las
anclas se adquieren por repetición y también debido a una sola experiencia
emocional muy profunda.
Las
vivencias que más recordamos son las que están ligadas a una emoción, por esa
razón en la escuela tenemos que aprender muchas cosas repitiendo una
asociación, ya que la mayor parte del aprendizaje está exento de emoción.
Algunas
asociaciones forman hábitos, a veces útiles y otras veces dañinos.
La
PNL afirma que se pueden elegir las asociaciones que se desean, por ejemplo, asociando el estado
emocional requerido con un estímulo o ancla para poder recurrir a ella cuando
se necesite.
Malena
Fuente:
“Introducción a la PNL”; Joseph O´Connor y John Seymour.
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