Biografía de Sigmund Freud - Segunda Parte - Psicología Malena Lede




Freud dejó atrás a la histeria y comenzó a estudiar la vida sexual de los numerosos pacientes que denominaba neurasténicos, tratando de vencer la notable hipocresía que existía en todo lo que se refería a la sexualidad en aquellos tiempos.

Descubrió que estos enfermos sufrían de severas desviaciones de la función sexual, que diferenció en dos tipos de neurastenia: “la neurosis de angustia” caracterizada por el ataque de angustia, con los síntomas sustitutivos crónicos, y otro tipo que denominó “neurastenia”.

A cada una de estas enfermedades le correspondía una distinta anormalidad sexual como causa; siendo el coitus interruptus, la excitación frustrada y la abstinencia sexual el origen de la “neurosis de angustia” y la masturbación excesiva y las poluciones frecuentes el origen de la “neurastenia”.

Pudo constatar que el estado de estos enfermos mejoraba cuando la anormalidad cesaba y era reemplazada por una actividad sexual normal.

De esta manera llegó a considerar que las neurosis en general eran alteraciones de la función sexual; siendo las “neurosis actuales” la manifestación tóxica directa de estas alteraciones y las “psiconeurosis” su manifestación psíquica.

Su criterio no difería de la opinión de la medicina, al considerar que la neurosis no es solamente una perturbación psíquica sino que presenta también un factor somático.

Freud abandonó la hipnosis y la sustituyó por el método de la asociación libre, con el paciente recostado en un diván y colocándose detrás de él, para poder verlo sin ser visto.

Todo lo penoso olvidado por el paciente por ser temible, doloroso o vergonzoso no era consciente y para hacerlo consciente había que vencer su resistencia. De este modo nace la teoría de la represión. Lo reprimido inconsciente puede alcanzar una satisfacción sustitutiva por caminos indirectos.

Al método para descubrir las represiones y suprimirlas mediante su aceptación, Freud lo denominó Psicoanálisis en lugar del de Catarsis.

Para el Psicoanálisis todo es inconsciente en un principio, y la conciencia puede agregarse o estar ausente totalmente.

Freud descubre que la etiología de la neurosis tiene lugar en la infancia y desarrolla una teoría sobre la sexualidad infantil, definiendo a los niños como “perversos polimorfos”, lo que provocó rechazo y numerosas críticas.

Los elementos más importantes de la teoría psicoanálitica son las teorías de la resistencia y la represión, el desarrollo de la vida sexual, la importancia de las experiencias infantiles y la interpretación de los sueños.

Freud tuvo que luchar toda su vida contra las críticas y la indiferencia de los círculos psiquiátricos de Viena; sin embargo, esta oposición no pudo evitar que el Psicoanálisis se extendiera a Alemania y a otros países y que se constituyera en la base de los estudios académicos de Psicología.

En 1909 fue invitado, junto a Jung por G.Stanley Hall - psicólogo y pedagogo de mucha reputación, que había integrado conceptos del Psicoanálisis en su práctica profesional - a dar varias conferencias en alemán en la Clark University, de Norteamérica; donde fue muy bien recibido por las personalidades que él más respetaba y admiraba.

Tuvo oportunidad de encontrarse y conversar con el filósofo William James quien le dejó una profunda impresión.

La guerra en Europa no sólo no pudo destruir la Asociación Psicoanalítica sino que favoreció el interés por el Psicoanálisis para el tratamiento de las neurosis de guerra.

Freud reconoció, en base a su experiencia, que el complejo de Edipo constituye el núcleo de la neurosis, punto culminante de la vida sexual infantil y origen de todos los desarrollos posteriores.

Escritor incansable, fue nominado a recibir el premio Nóbel de literatura, por su voluminosa obra, escrita en forma clara y accesible para cualquier persona aún sin conocimientos académicos.

Al producirse la unión de Austria y Alemania, Freud emigró a Londres, donde falleció en 1939, poco tiempo antes de la segunda guerra mundial.

Malena
Fuente: “Obras Completas de Sigmund Freud”; Tomo III; “Autobiografía”; 1924-1925.