La alquimia, o búsqueda de quimeras, fue el conjunto de prácticas y doctrinas medievales que infructuosamente se proponía como objetivo la transmutación de los metales innobles en oro y plata, mediante el descubrimiento del fundamento de todas las cosas, o sea una sustancia imaginaria, que denominaban piedra filosofal y de la panacea, un elixir capaz de curar todas las enfermedades y de prolongar la vida.
A estos antiguos estudios se le deben el descubrimiento de la pólvora, del fósforo, de los ácidos minerales, del alcohol, etc.
Tanto en la práctica, como por ejemplo, la utilización de aparatos para destilar y sublimar y la verificación experimental de las hipótesis teóricas; como en las teorías de orden especulativo que la caracterizaban sobre el tratamiento de los metales y de otras sustancias químicas, la alquimia contribuyó al origen de la farmacología y de la química moderna.
El comienzo de la alquimia es incierto, pero se cree que se inició en Egipto y en China y que fue introducida en Europa a través de los países musulmanes, como lo sugiere el origen etimológico árabe de esa palabra; aunque también se relaciona con la religión, por sus características mágicas y secretas; con la astrología, que vincula a los astros con los metales nobles y con la medicina.
El arte de la alquimia coincide con la idea aristotélica que sostiene que las combinaciones entre los cuatro elementos fundamentales sólo se diferencian por la forma y no por la materia, que es única e indistinta; mientras los elementos son modos de información.
El estudio de la alquimia despertó el interés del prestigioso psicólogo C.G.Jung, que en 1944 publicó su obra “Psicología y alquimia”, que incluye un análisis controversial del simbolismo alquímico y tipos de experiencias psíquicas de orden metafísico.
Los antiguos alquimistas creían que si se cumplían determinadas condiciones astrológicas, el plomo podía transformarse en oro; y que era posible recrear este proceso mediante ciertos procedimientos químicos secretos.
Recién en el siglo XIX, la intención de fabricar oro mediante el proceso de la alquimia, comenzó a perder credibilidad hasta que finalmente fue abandonado.
Desde el punto de vista simbólico la alquimia es utilizada como un modo de alcanzar el crecimiento espiritual, o sea llegar a transmutar el alma mediante la purificación del cuerpo y la mente hasta alcanzar la sabiduría del corazón.
Esta sabiduría brinda la posibilidad de comprender que cuando tenemos un impulso, un propósito o un sueño noble y la firme convicción y el coraje para lograrlo, el universo conspira para que se materialice, porque no somos entes aislados y todo se relaciona con todo; por lo tanto nuestro destino se relaciona con el cosmos.
Malena
Fuente: “Enciclopedia Británica”; “Diccionario Enciclopédico Larousse”; “Enciclopedia Salvat”; “Diccionario enciclopédico Grijalbo”; “El alquimista”; Pablo Coelho.
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