Qué hacer con el tiempo libre - Psicología Malena Lede



Aunque el tiempo libre suele escasear, porque tanta desenfrenada actividad y tantas obligaciones que cumplir nos condicionan a vivir ocupados todos los minutos del día y hasta buena parte de las noches; en lugar de ser un momento grato del diario vivir puede generar una sensación de angustia y desasosiego.

El tiempo libre, cuando no es ocupado con distracciones escapistas, obliga a enfrentarse con uno mismo, a cuestionarse, a replantearse los quehaceres habituales y a buscarle un sentido a la propia existencia; y esta posibilidad, puede ser inquietante.

No siempre lo que hacemos se relaciona con la satisfacción de nuestras propias necesidades, al contrario, parecería que todo alrededor atenta contra la propia realización personal, obligándonos, por distintas razones que también son válidas, a realizar tareas ingratas, trabajos que son necesarios pero que no nos satisfacen, trámites burocráticos, limpiar la casa, cocinar o ir al supermercado, esperar al plomero o al electricista, cumplir un horario en una oficina, etc.

Toda esta actividad, que puede ser alienante. nos convierte en robots que no pueden parar hasta la noche que es cuando se les acaban las baterías.

El tiempo libre, para alguien acostumbrado a moverse continuamente, puede ser difícil de manejar.

Un estudio realizado en Inglaterra, por una organización interesada en promocional el hábito de la lectura junto con un equipo de investigadores de la Universidad de Liverpool , descubrió que la buena lectura produce grandes beneficios, entre ellos, mejora el desarrollo del intelecto, fortalece la memoria, incrementa los conocimientos, permite conocer el mundo, identificarse con los héroes de las historias y principalmente es un buen remedio para disminuir la ansiedad.

Los resultados de esta investigación indican que las personas que adquieren el hábito de la lectura, y leen como mínimo treinta minutos por semana, se sienten 20% más satisfechas de sus vidas, 11% más creativas, 28% menos depresivas y 18% más a gusto consigo mismas.

Además, llegaron a la conclusión, que leer produce más bienestar que charlar con algún amigo y que también resulta conveniente para aprender a disfrutar de la soledad.

Los lectores habituales parecen tener algunas otras ventajas, como una mayor capacidad para enfrentar situaciones difíciles y para tomar decisiones; los estimula a llevar a cabo sus proyectos y a tener un mejor sentido de las prioridades; pueden ampliar sus perspectivas y conocer otros modos de vida.

Pero además de leer, en lugar se sentarse pasivamente frente al televisor a hacer zapping en los ratos libres, suele ser más relajante y gratificante tomar una buena siesta, hacer meditación, realizar una actividad física o dedicarse a alguna tarea artesanal que los obligue a usar las manos.

A veces, la gente que tiene algo de tiempo libre no es capaz de tomarse un respiro y estar con ella misma, como si tuviera miedo de encontrarse; y sólo se le ocurre tomar el celular para hablar con alguien, porque como no puede estar sola, la ansiedad la obliga a comunicarse, generalmente sin tener nada para decir ni interés de escuchar a nadie, sólo para aferrarse a algo y satisfacer el extraño y curioso placer de estar conectado.

Malena