El corazón tiene neuronas,
por eso no se equivoca.
Las emociones nos
enseñan y si les prestamos atención
podemos aprender de ellas. Son los mensajes que nos envía el corazón con un
significado personal.
A través de las
emociones podemos recordar experiencias pasadas, grabar en nuestro corazón las
experiencias presentes y proyectar nuestro futuro.
Las emociones son fuente
de sabiduría y nos pueden ayudar a crecer y a evolucionar.
Mediante las
emociones nos acercamos a las personas que amamos y que nos agradan y a las
cosas que nos proporcionan placer y bienestar; desarrollamos nuestros intereses,
canalizamos nuestros proyectos, conocemos nuestros límites y podemos alcanzar
todas nuestras metas.
Las emociones
básicas son el miedo, la ira y el amor.
El miedo es la
emoción que nos protege de los peligros físicos o psíquicos reales; nos impulsa
a huir o a luchar, puede evitarnos sufrimientos y graves daños.
Es necesario comprobar
si el miedo es real o imaginario.
Si es real nos
permite defendernos y si es imaginario es necesario aprender a enfrentarlo.
La ira surge cuando
las circunstancias nos hacen daño o cuando las personas nos ofenden o humillan;
cuando sufrimos una frustración o cuando un obstáculo impide que se cumplan
nuestras expectativas; cuando sufrimos alguna pérdida o experimentamos un
conflicto.
La ira interfiere
en la vida afectiva y si provoca violencia puede destruirla; dificulta la
comunicación y genera culpa.
Expresar la ira es
saludable si se manifiesta en forma pacífica en el mismo momento de la afrenta y ante las
personas que están involucradas, pero puede enfermar a una persona cuando se
reprime.
El amor es sinónimo
de entrega, respeto, atención, comprensión, devoción, humildad, sacrificio y
deseo de compartir; y sólo se puede lograr cuando se alcanza la madurez
emocional.
Sentir una emoción
no es suficiente, lo ideal es poder expresarla adecuadamente.
Ser capaz de
manejar las emociones y de expresarlas de la mejor manera nos hace sentir bien
estando solos o en compañía, nos permite comprometernos, asumir
responsabilidades, ser fieles a nosotros mismos y mantener nuestros valores.
Malena Lede -
Psicóloga
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