Este trastorno se
caracteriza por la incapacidad para aceptar normas sociales y respetar las
leyes; por lo que muchas de estas personas pueden cometer delitos que pueden
ser graves.
Quienes padecen
este trastorno, por lo general, se han
criado en el seno de familias disfuncionales, con padres que no les brindaban la
atención adecuada, que los castigaban y maltrataban
habitualmente, y que no les
expresaban afecto. Estas personas hasta el
día de hoy, no se curan.
Las características
más sobresalientes de las personalidades psicopáticas son la ausencia de miedo,
la falta de valores y de culpa por lo que hacen, y la carencia de empatía.
Hay psicópatas que
son admirados por su conducta temeraria, se trata de personas que necesitan
sentir sensaciones fuertes y arriesgarse, ya sea en el juego o en las
inversiones bancarias, dentro o fuera de la ley, depende de las oportunidades
que tengan.
En Alemania, más
del 80% de los criminales que están en la cárcel, padecen de una a varias
psicopatologías; uno de cada tres presos
presenta un trastorno antisocial de la personalidad y un 60% es adicto grave a
alguna sustancia o al alcohol.
Padres que sufren
de rasgos antisociales aumentan la probabilidad de que sus hijos hereden esa
condición, aun no viviendo con ellos, lo
que indica un factor genético en esta conducta, pero también el hecho de ser
criado en un grupo familiar de riesgo constituye un factor condicionante.
Las técnicas de
neuro imagen no indican anomalías en estas personas que permitan hacer un
diagnóstico.
Un niño que es
agresivo y violento, que comete robos, provoque pequeños incendios, torture o
mate animales domésticos y que es capaz de ausentarse del hogar varios días o
de no ir a la escuela, puede llegar a ser un adulto psicópata. Sin embargo esa
conducta no llega a ser razón suficiente ya que los niños en general tienden a tener
una conducta atrevida y curiosa que los lleva a infringir las normas pero no
necesariamente significa que en el futuro sufrirá de un trastorno antisocial.
Malena Lede –
Psicóloga
Fuente: “Mente y
Cerebro”; Investigación y Ciencia; No.43/2010
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