FENÓMENOS PSÍQUICOS Y NEUROPATOLOGIA - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




Antiguamente existía una concepción organicista de las enfermedades nerviosas y mentales. En esa época, se consideraba que los trastornos eran alteraciones de funciones específicas localizables en áreas del cerebro y que era determinante la constitución del paciente.  Este enfoque fisiológico fue el que predominó en el pensamiento psiquiátrico hasta finales del siglo XIX.

Las guerras de los siglos XIX y XX provocaron  trastornos nerviosos hasta ese momento desconocidos que hizo necesaria la creación de clínicas dedicadas a los trastornos nerviosos. El hospital de Salpètrière de París, bajo la dirección de Jean-Martin Charcot,  tenía muchos pacientes con esa patología.

Charcot creía que era imposible hacer un diagnóstico sin conocer en profundidad anatomía, fisiología y patología, sin embargo, los exámenes post mortem de esos enfermos no revelaban signos de enfermedades ocultas.

Comenzó a distinguirse entonces entre trastornos orgánicos y trastornos funcionales y entre psicopatología, psiquiatría, psicología y neurología.

La neuropatología  no pudo lograr su objetivo de identificar lesiones cerebrales en los dos principales trastornos psiquiátricos que Emil Kraepelin (1856-1926); llamó demencia precoz y posteriormente Eugen Bleuler (1857-1939) denominó esquizofrenia y la psicosis maníaco-depresiva.

Nuevas teorías psicológicas sobre la enfermedad mental, como el Psicoanálisis, consideraron las neurosis como trastornos funcionales, o sea, fenómenos psíquicos diferentes de los conocidos,  sin lesión anatómica aparente.

Las enfermedades mentales asociadas a la edad avanzada comenzaron a entenderse como la consecuencia de la interacción entre factores biológicos, sociales y psicológicos, dado que las autopsias no revelaban relación alguna entre el grado de deterioro psíquico y orgánico.

En cuanto a los pacientes que sufrían de convulsiones epilépticas,  en ese momento se observó que tampoco presentaban signos fisiológicos, condiciones hereditarias o alteraciones genéticas diferentes a personas que no presentaban ningún síntoma.

La experiencia clínica puso de manifiesto que a diferencia de otras patologías, los trastornos neurológicos no siempre presentan signos visibles de enfermedad y que tanto las costumbres, la historia personal y la colaboración del paciente resultan decisivas.

Muchos síntomas que experimentan estos pacientes son subjetivos; de modo que la atención y el registro de todo lo que dicen resultan esenciales y útiles para distinguir si se trata de una condición neurológica progresiva o de un trauma.

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “The Neurologial Patient in History”, L. Stephen Jacyna y Stephen T. Casper, University of Rochester Press, Rochester, 2012.