Duendes y fantasmas en la torre




En una casa antigua del barrio de la Boca, que llaman “la torre” por su semejanza con la pieza de ajedrez del mismo nombre; parece que hay duendes y fantasmas.

La mitología escandinava dice que los duendes son espíritus, producto de la imaginación popular, que merodean en algunas casas y causan ruidos molestos, estruendos y distintos trastornos.

Los elfos, por ejemplo, son genios traviesos, espíritus del aire dedicados a hacer maldades, pero que a veces también protegen a los débiles.

Viven ocultos en la tierra y suelen aparecer en la espesura de los bosques, entre el espeso follaje y confundidos con la maleza.

Los elfos que aparecen en la torre del barrio de la Boca, vinieron de España a principios del siglo pasado, escondidos entre unas plantas exóticas que trajo una de las inquilinas que vivió allí.

El dueño del último piso desde hace quince años, afirma ser testigo de extraños episodios que atribuye a las travesuras de los elfos, que acostumbran a esconder o romper cosas o a cambiarlas de lugar.

Pero no hay sólo elfos en la torre, también hay un fantasma que aparece por las noches. Supuestamente se trata de una antigua artista que vivió en esa casa, que se dedicaba a pintar cuadros y que un día murió misteriosamente en forma trágica, al caerse de su balcón.

La mujer vivía recluida en la torre junto con una gran cantidad de gatos, animales a quienes frecuentemente se les atribuyen poderes místicos.

Los que habitan hoy el lugar, están acostumbrados a escuchar gritos y pisadas extrañas y a ver sombras inexplicables deslizándose por los pasillos que incluso fueron registradas en fotos, al lado de personas vivas.

Para el propietario del último piso, que tiene conocimientos esotéricos, estos fenómenos tienen una explicación que puede parecer fantástica. La casa sería como una caja de resonancia que todavía emite el eco y las imágenes de hechos luctuosos ocurridos en el pasado cargados de alto contenido emocional, que quedaron grabados allí para siempre.

Lo más probable es que esta sea una historia inventada para atraer la atención de turistas curiosos, pero estos fenómenos también han ocurrido y aún ocurren en Europa, continente que tiene una trayectoria de miles de años de acontecimientos trágicos.

Como por ejemplo el extraño incidente vivido en el sótano de una antigua casa de Roma por su propietario, cuando descendió para buscar una botella de vino.

Mientras se entretenía eligiendo la bebida, escuchó ruidos y vio con estupor, que de una de las paredes del oscuro recinto, emergían antiguos soldados montados a caballo y vestidos con uniformes, como si circularan por una calle de otra época donde ahora estaba construida su casa, que pasaban en fila a su lado sin verlo.

El caso fue registrado por las autoridades locales como un hecho inexplicable, no como una alucinación, ya que el testigo dio detalles minuciosos de la vestimenta de los soldados, que él desconocía, y de los arneses que lucían los caballos, propios de antiguas épocas, que actualmente no existen; y además constataron que en ese preciso lugar existía un camino por donde circulaban habitualmente en la antigüedad, los soldados a caballo.

Algunos científicos se atreven a arriesgar la hipótesis de que por alguna razón las huellas de sucesos pasados pueden quedar grabadas en el espacio tiempo; y que en ciertas condiciones pueden ser percibidas por algunas personas, que tienen la sensibilidad necesaria para verlas.

Un recuerdo en la memoria humana no es algo tangible, porque pertenece al mundo interno de un sujeto. Es una imagen subjetiva que será más vívida para él en la medida del componente emocional que contenga y que en ese caso podría volver a proyectarse como si fuera real en sus sueños.

La realidad, de la cual formamos parte, también puede tener memoria, como la tienen cada uno de los órganos de nuestro cuerpo.

Tal vez seamos capaces en ciertas condiciones, de traer a la conciencia imágenes del pasado registradas en nuestro código genético, que hemos heredado del inconsciente colectivo de nuestros antepasados, y algunos pueden tener la habilidad de verlas proyectadas en su propio espacio tiempo; así como existen quienes pueden recordar en ciertas circunstancias aparentes vidas pasadas, que pueden haber sido vividas por otras personas, o de hablar en idiomas que se hablan en otros países que desconocen.