El legado de Steve Jobs




Este notable empresario e innovador norteamericano llegó a conocer la fórmula del éxito y se convirtió en un magnate de la informática que lo llevó a ocupar un codiciado lugar en la lista de las personas más ricas.

Lamentablemente no pudo ganarle la batalla al cáncer pero sí pudo concretar sus objetivos y dejar un legado de avances tecnológicos para la humanidad.

La mayoría trata de saber cómo hizo para conseguir todo lo que se proponía en su trabajo, a pesar de que sus inicios no fueron fáciles e intentan seguir los consejos que fueron los que guiaron su trayectoria.

Las reglas de oro de este singular hombre de empresa fueron:

Hay que intentarlo todo, aunque parezca imposible, porque no hay nada que perder.

Los mercados hay que inventarlos si no existen, es lo que logró él con el iPod, luego con iPhone y finalmente con la tableta iPad.

Los estudios de mercado no se necesitan, más importante es crear la necesidad, porque la gente no sabe lo que quiere.

Una empresa tiene que tener a los que mejor hacen su trabajo.

Los equipos de trabajo tienen que ser lo suficientemente pequeños como para que todos puedan recordar sus nombres.

Hay que saber delegar para que se pueda continuar trabajando.

Es mejor competir con los más grandes.

La gente responde mejor con premios que con castigos.

Hay que saber mantener la suficiente reserva en la empresa para poder sorprender.

Hay que dedicarse a buscar la perfección.

Identificado con los principios básicos de la economía liberal, pudo alcanzar todas sus metas laborales y formar una familia, empezando desde abajo.

Su cuerpo hizo lo mismo que su mente, no tuvo límite para crecer.

Todo esto nos describe una personalidad arrolladora, llena de entusiasmo y decidida a todo, con un gran carisma personal como para ser seguido en forma incondicional en todas sus iniciativas.