El Cerebro Masculino en la Vejez



Después de la andropausia, el cerebro masculino sufre una gran transición, los circuitos cerebrales producen más oxitocina y estrógeno que vasopresina y testosterona; (el nivel de testosterona es menor a la mitad del que se tiene a los veinte años);  los hombres disminuyen su actividad laboral, y pueden mantenerse ocupados en otros proyectos menos relevantes pero también satisfactorios, disponer de más tiempo para disfrutar de la familia y los amigos y tener más paciencia con los nietos que la que tenía antes con sus hijos.

El hombre en esta etapa de la vida puede continuar reproduciéndose y sentirse atraído por el sexo y las mujeres atractivas, aunque los circuitos cerebrales activados por la testosterona y la vasopresina estén en decadencia.

A esta edad hay un mayor interés en conservar la salud y mejorar el bienestar, la pareja, la vida sexual, los nietos y la herencia, porque es el momento en que los hombres se parecen más a las mujeres, ya que la mayor producción de oxitocina los hace más receptivos al afecto y a los sentimientos y la reducción de la testosterona los vuelve menos agresivos.

Un estudio continuado realizado por George Vaillant, con hombres egresados de la Universidad de Harvard , en la década de los años cincuenta, mostró que en los últimos años de la vida cambia el objeto de atención de un cerebro masculino, anteriormente centrado en las actividades productivas, tornándose más interesado en las actividades en beneficio de la comunidad y de la siguiente generación.  A esa etapa, Vaillant la denominó la quinta fase de la individuación, o la fase de la generatividad.  El viejo sabio es el abuelo, interesado en el éxito y la supervivencia de la siguiente generación.

Los antropólogos están de acuerdo en afirmar que los abuelos son figuras que han resultado importantes para la supervivencia de la especie.  En la época de los cazadores recolectores podían producir más de lo que consumían y de esa manera contribuir a la mejor alimentación de los jóvenes.

Hoy en día también es común que los hijos y los nietos se beneficien con los activos o las empresas de los abuelos o que éstas sean un trampolín para su desarrollo.

Sin embargo, se puede observar que el vínculo de un abuelo con sus nietos no siempre tiene características relevantes, porque depende de la responsabilidad que deseen asumir;  de la relación que tenga con sus hijos adultos;  y también de si aún permanecen casados con la madre de sus hijos.

Muchos abuelos descubren que son capaces de establecer una relación con sus nietos que jamás hubieran soñado y ser más unidos con ellos que con sus hijos, de una forma que nunca habrían imaginado.

Es en esta nueva etapa de la vida, en que el futuro también  puede ser esperanzado y augurar la promesa de aventura y pasión.

Durante la madurez, muchos hombres se encuentran muy sobrecargados de trabajo y sometidos a estrés laboral y también familiar que los puede mantener alejados psicológicamente de sus familias.  Este vacío es a veces ocupado por el abuelo, resultando esa diferencia en sus cerebros masculinos, un hecho favorable para todos.

Para muchos abuelos, el tiempo que pasan con sus nietos suele ser lo más importante de sus vidas, aprenden a divertirse con ellos y a veces pueden festejar sus logros a diario; y básicamente es la condición de su cerebro lo que los impulsa a acercarse más a ellos.

Fuente: “El Cerebro Masculino”; Louann Brizendine.