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un nuevo año es una oportunidad para cambiar, porque nadie es perfecto. Pero esto es algo muy difícil para los seres
humanos que se han formado una imagen de
sí mismos y que desean ser fieles a ella sin saber que son mucho más que una
imagen, que son conciencias que esperan
sentirse en paz, plenas y realizadas.
Sin
embargo, gran parte de la humanidad está eligiendo convertirse en seres distantes y fríos, egocéntricos y depresivos,
que no respetan ningún valor y que
solamente piensan en su cuerpo, divertirse y pasarla bien, como si estuvieran
desahuciadas y les quedara poco tiempo de vida; aunque luego descubran que centrarse
en el propio ombligo no los hace felices porque cada día están más desesperados
y tristes.
La
vida es estar relacionado, sin embargo la tendencia de los seres humanos es vivir
en soledad.
Se construyen
edificios de muchos pisos de un solo ambiente, señal que existe un nicho
importante de personas solitarias que ha renunciado para siempre a compartir la
vida con otro.
Los
seres humanos tienen miedo al fracaso porque no están dispuestos a dar sino a
recibir; sienten que son como equilibristas balanceándose en un abismo sin red,
pero lejos de ver el desafío que representa el difícil juego de la vida, muchos
prefieren renunciar y quedarse aferrado a la falsa seguridad que brinda el
solipsismo.
Un
nuevo año es un nuevo comienzo y puede ser la posibilidad de una nueva vida.
Todos
podemos lograr lo que queremos empezando por ser agradecidos, agradeciendo todo
lo que somos y tenemos, desde el primer día de nuestra vida, alejando para
siempre todo resentimiento.
Agradecer
nos recuerda las bendiciones que hemos recibido y multiplica las posibilidades de
recibir muchas más.
Hagamos
entre todos lo posible para que este mundo sea mejor, abrámonos a él
atreviéndonos a participar, sin expectativas, respetando las circunstancias y
abramos nuestro corazón a los otros, para vivir mejor siendo auténticos.
El
cambio comienza a germinar en unos pocos pero luego se expande como reguero de
pólvora a los demás, a todos aquellos que están todavía distraídos, aburridos,
cansados de una vida árida y sin sentido.
Enfrentemos
la vida con coraje como lo hicieron los hombres y mujeres de antes en
condiciones mucho más adversas, teniendo que soportar guerras y hambrunas.
Pareciera
que los seres humanos necesitaran la adversidad para demostrar su valor porque
cuando la vida se torna más estable pierden ese valor y se transforman en
personas quejosas, débiles y siempre desconformes.
Vivir
dignamente lo cotidiano es una epopeya que solamente unos pocos están
dispuestos a enfrentar, la empresa más difícil, riesgosa y asombrosa que
solamente los que saben ver con el alma pueden apreciar.
Construyamos
una buena vida digna de ser vivida, sobre la base sólida que dan los valores
humanos y tendremos la posibilidad de sentirnos plenos, felices y satisfechos
con nosotros mismos.
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Muchas gracias por participar de este espacio!
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Cuando te lo dicen desde el exterior, parece que hace más efecto. Tema muy apropiado, gracias!(empezando con buen pie)
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