Publicado el 2013/03/05 por Psicóloga Malena Lede
La Manía Sexual
La palabra sexo es el tema más buscado en internet en una proporción que le gana por lejos a cualquier otro tema, representando hoy en día el 56% de las búsquedas; el resto de los temas de interés, no alcanzan a superar cada uno el cinco por ciento.
Hablemos pues sobre sexo para poder satisfacer ese generalizado interés que tienen principalmente quienes no viven el sexo como algo natural de la vida sino como un tema que les provoca más ansiedad y frustración que placer.
Esta manía sexual se debe principalmente a que el sexo ha sido y aún es, un tema tabú asociado con lo prohibido, el miedo, la atracción, el rechazo, las perversiones, la confusión y el caos.
El sexo es una función natural, como el hambre y la respiración; sin embargo es vivido con culpa como algo que no se debe hacer y que a muchos hasta les avergüenza nombrarlo.
Freud afirma que somos seres sexuales desde que nacemos, porque la sexualidad para este autor es el instinto de vida.
Recién a la edad de catorce años la sexualidad se centra en los órganos relacionados con la reproducción, mientras el resto del cuerpo participa del placer sexual durante los momentos preliminares al coito.
El sexo se vuelve una manía cuando se reprime y no se acepta como algo natural de la vida, creando un conflicto y volviéndose una obsesión.
Todo lo que se reprime provoca una curiosidad perversa y es esa curiosidad morbosa el problema y no el sexo.
El sexo es sagrado cuando uno lo puede vivir y disfrutar desde el despertar sexual con naturalidad. De esta forma, también se aceptará con la misma naturalidad el momento de la vida en que la carga endógena disminuya con la edad, sin sentir la necesidad de aferrarse al sexo desesperadamente como para recurrir a medios artificiales para funcionar.
A la gente le fascina la pornografía, o sea ver desnudeces y a otros fornicando de todas formas, más que intimar y vivenciar personalmente el acto sexual con alguien real.
El ser humano es la única especie en la naturaleza que se excita al ver la desnudez; porque en la naturaleza, el resto de los animales está desnudo y la excitación sexual para ellos no depende de ver las zonas erógenas expuestas sino de las señales propias del ritual de apareamiento y del olor que despiden las hembras en el período de celo.
La pornografía se extinguiría si la gente viviera el sexo con naturalidad, pero no sólo existe sino que también es uno de los negocios más rentables, precisamente porque todavía lo que excita no es el sexo propiamente dicho sino todos los actos perversos creados por la imaginación, al no poder dar cauce normal a la necesidad natural del cuerpo.
Los violadores son incurables porque son personas que han sido violados en la niñez y han aprendido a tener sexo en forma violenta. Al no poder disfrutar del sexo normal, solamente obtienen placer sometiendo a sua víctimaa por la fuerza.
El hombre es más esclavo del sexo que la mujer y esta debilidad lo ha llevado a cometer los más atroces delitos, a provocar las guerras más sangrientas, los crímenes más aberrantes.
Fuente: “El libro del hombre”; Biblioteca Osho.
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