Publicado el 2013/04/03 por Psicóloga Malena Lede
No puedo controlar a mi hijo
Los padres desean que sus hijos sean obedientes, también los maestros y los profesores prefieren que sus alumnos estén en silencio en clase y no molesten. Pero la realidad es diferente, porque los niños nacen con una extraordinaria vitalidad y una insaciable curiosidad que los obliga a querer experimentarlo todo, sorprendiendo a sus padres y a sus maestros, quienes no están preparados para canalizar toda esa energía y encauzarla adecuadamente.
Todo niño debe poder gozar de libertad condicional, aprender los límites pero al mismo tiempo tener la oportunidad de seguir su propia naturaleza. De esa manera no se convertirá en un niño problema, podrá crecer con naturalidad y no perderá su natural alegría.
Los niños tienen diferentes tipos de inteligencia y distintas necesidades pero estas cualidades generalmente tropiezan con las condiciones que imponen su familia y su entorno.
El ambiente que rodea al niño es el que le permite el desarrollo de la conciencia de sí mismo, pero el que también genera la necesidad de competir y de defenderse, dos imperativos que atentan contra su inteligencia y su creatividad.
El niño que puede mantener su inteligencia de niño intacta también mantendrá su natural fortaleza frente a los cambios y su capacidad innata de responder creativamente en forma espontánea.
La información que se recibe desde niño logra tapar las cualidades básicas que todos llevan en su interior, pero afortunadamente no las destruye del todo, porque eventualmente se pueden volver a redescubrir con el tiempo.
Todos nacemos inocentes, y la inocencia nos permite ser auténticos, valientes y transparentes; pero la inocencia se pierde con la experiencia, con el miedo y con el interés por las cosas mundanas. De esa manera el niño aprende a depender de otros o de las cosas y a enajenar su propia dignidad e integridad.
Los padres se esfuerzan por enseñar educación a sus hijos sin saber lo mucho que pueden aprender de ellos.
Los niños necesitan atención y cuidados y también ser escuchados; pero los padres no tienen que tratarlos como iguales sino que tienen que asumir su rol de autoridad, de manera que los hijos puedan reconocerlos como tales.
La palabra autoridad no significa dar órdenes y mandar sino que implica poner las reglas en el hogar para todos, cumplirlas y ocuparse de hacerlas cumplir; y la disciplina significa aprendizaje, o sea aprender a tener una vida ordenada y saludable a través del ejemplo que dan los padres.
Los padres no deben discutir delante del niño sobre sus distintos puntos de vista con respecto a su educación y crianza; ya que no podrá identificarse con valores contrarios entre sí y optará por no incorporar ninguno de los dos.
Los progenitores no tienen que involucrarse en los berrinches que tienen sus hijos, o sea ni gritar ni discutir con ellos en plena crisis. En primer lugar tienen que calmarlos y luego, una vez calmados, intentar que aprendan de esa experiencia.
Todo ser humano es digno de respeto y comprensión, incluso un niño; y los que creen que son dueños de sus hijos no deberían tenerlos.
Los iluminados no tienen hijos y tampoco deberían tenerlos los neuróticos, por lo tanto, los más adecuados para tener hijos son los que han logrado el equilibrio en su justo medio, o sea los que son totalmente conscientes de la responsabilidad que representa traer un hijo al mundo.
Un hijo no debe ser el producto de un error de cálculo sino alguien esperado con alegría, ya que es la única forma de hacerlo feliz; porque lo que más destruye la mente de un niño es la infelicidad de sus padres.
MALENA
Fuente: “El libro del niño”; Biblioteca Osho.
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Querida Malena, estoy leyendo tus artìculos de psicologìa infantil porque ayer charlando con una mamà amiga, me di cuenta que algo andaba mal en casa o no del todo bien. Mi amiga es una mamà muy estricta de hecho ella lo manifiesta asì, pero quizà a veces se extra limita, poner reglas y lìmites està bien pero "dar un bollo" cuando el niño no hace lo correcto a mì no me parece adecuado. Sin embargo, anoche mientras nuestros hijos jugaban, mi nena recibia un reto y sola se iba al cuarto agarrandose el pelo. Situaciòn que me dejò pasmada porque yo no soy de llevarla a la pieza y ponerla en penitencia, siempre le hablo mucho y solo si ya no hay caso le doy un chirlito pero nada màs. La cuestiòn es que mi amiga me dijo : VES, VES ELLA TE ESTÀ PIDIENDO UN CASTIGO, UN LÌMITE. Yo ya le habìa dado su reto...Hoy mi niña tuvo una crisis, en la que se fue debajo de mi cama, a gritar llorar y pegarse en la cara. Yo estoy muy mal pq no es la primera vez que lo hace...Debo ser màs dura?
ResponderEliminarpd: lo que decìs de los padres es cierto, mi pareja y yo hemos aprendido a no discutir delante de la niña respecto a la crianza.
Hola Anahi,está comprobado científicamente que con el castigo físico no se aprende, sólo se aprende con el refuerzo, o sea, cuando hace algo bien se lo reconoces y la felicitas. Pero cuando se porta mal, ella tiene que saber que no se lo vas a permitir, entonces, antes de que se porte mal tienes que poner las reglas. Le avisas que si hace esto o aquello que no quieres que haga tendrá que aceptar cumplir con una sanción y le dices cuál será la sanción. No debe ser algo muy difícil de cumplir, ni tampoco por mucho tiempo, pero es suficiente. Por ejemplo, no podrá ver el próximo programa de televisión que le gusta, o tendrá que quedarse sentada en una silla en un rincón durante quince minutos. Esa sanción se debe cumplir a rajatabla, sin aflojar por ningún motivo. Más que castigos los chicos necesitan FIRMEZA, y SABER QUIEN SON LOS QUE MANDAN EN LA CASA. saludos, male
ResponderEliminar¡Hola, Malena! ¿qué tal?___________. :) ¡Ojalá que bien! Yo, ¡pssss!...bien. :-) Yo veo en mi sobrina, la que consulté el otro día de los compañeros/as del colegio, que está sobrecargada de "¡eso está mal!". La madre es muy estricta con ella. La niña es hija única. Tiene 8 años, hace 9 en este mes. Y la niña cree que todo lo que hace está mal. Que es mala. ...bueno, yo también lo creo de mí, no me molesta reconocerlo. Y...¡hago el bien! :) Bueno, no es para beatificarme, vale. Es una creencia equivocada, errónea de mí mismo, creer que soy "malo". Creo que hago el bien para demostrarme que soy bueno. Pero, hago el bien.
ResponderEliminarQue, en un futuro haga otra cosa, puede ser.
Hago el bien para demostrarme que soy bueno, y me creo malo...por lo que me ha dicho la mala gente en mi juventud, cuando no hacía el bien, precisamente. Que eran cosas pequeñas también...
Digo todo esto, porque intuyo que lo que me creo yo de mí mismo, se lo cree la pequeña. Hablamos bastante y nos queremos mucho nosotros dos. Aunque no soy yo su padre, soy su tío, hermano de su madre. Creo que no solo se hereda el color de los ojos o la forma del cuerpo...¿verdad?
Hola Pablo, el que quiere ser bueno ya es una persona buena, porque lo que uno quiere ser es todo, luego no hay que olvidar que no somos perfectos y que podemos cometer errores. No te dejes llevar por lo que dicen los demás, empieza a confiar en ti mismo y aprende a valorarte más. saludos male
ResponderEliminar.
Muchas gracias Male, y eso que hace de pegarse en la cara es normal...ya va a cumplir cuatro años y sigue haciendolo. Yo la abrazo le digo que no haga eso que la queremos que no debemos hacernos daño pero lo sigue haciendo cuando esta enojada o muy agotada. Me angusstia mucho eso siento que se auto agrede, o necesita descargar su enojo. Si sigo conla misma actitud de contenera y consolarla hasta que se calme cambiarà en el tiempo?
ResponderEliminarHola Anahi, tal vez te convenga llevarla a una consulta con un psicólogo, ya que si se agrede ella misma no es normal. Yo no puedo evaluar su comportamiento a través de este medio. saludos, male
ResponderEliminarGracias Malena, lo harè.
ResponderEliminarYo intento llevar a la práctica el método qur nos dices, el intentar hablar, y si hace algo mal pues que tenga una consecuencia inmediata, lógica y proporcional. Pro reconozco que mi hijo me ha desbordado, no tengo fuerzas y reconozco que debería ir al psicólogo, porque esto ha hecho que deribe en estar llorando constantemente y no dornir. Desde que se levanta y hasta que se acuesta todo son gritos, de verdad, no me podéis ver, pero me considero una persona paciente, pero todo empieza con no querer desayunar, tirarse al suelo, no querer vestirse, tirarse al suelo, tener que acabar vistiéndole tirado y de mala manera, el camino al cole se salva, pero cuando sale no le pueden ni tocar la cabeza las profes porque grita y se tira al suelo, en el parque tiene que ser lo que él quiere y si le digo que eso perjudica a otro niño no hace caso y se queda molestando, al final tengo que cogerle en brazos para quitarle y le castigo sin parque, pero se tira al suelo y no avanzamos. No come casi, solo quiere jugar y sino me tira la comida, agua, cubiertos...le dejo sin comer si no acaba en un tiempo: le da igual, llevamos así meses y esta mas delgado. Todo lo quiere hacer él o se enfada: tiene que ser el último en apagar la luz o cerrar una puerta... ¿es normal todo esto? Porque yo ya estoy desesperada.
ResponderEliminarHola Juanita, la relación de un niño con su madre es muy importante y a veces el problema no es particularmente ni el niño ni la madre sino del vínculo que crearon entre ellos.
ResponderEliminarUna madre puede tener asignaturas pendientes y aunque adore a sus hijos puede vivirlos como cargas y eso se reflejará en la relacion
Es obvio que con su comportamiento caprichoso tu hijo obtiene beneficios, porque todos terminan rindiéndose para no escucharlo.
Estos niños suelen presentar signos de hiperactividad y falta de atención, lo que hace que tengan bajo rendimiento y mala conducta en la escuela, pero pueden ser muy inteligentes.
Son chicos que necesitan mucha atención, que los escuchen, que no les griten porque se ponen peor, que los abracen cuando tienen un berrinche en lugar de involucrarse con ellos en una pelea poniéndose a su altura.
Cada berrinche es una oportunidad para ponerles límites, pero los límites no tienen que ser un castigo sino la consecuencia de una conducta no deseada.
Por ejemplo, hablarle primero, cuando está tranquilo y decirle que habrá nuevas reglas .
Cada vez que haga una escena va a tener que cumplir una sanción, que tiene que ser breve y no demasiado dura pero inquebrantable.
Una sanción podría ser tenerlo en penitencia sentado durante diez minutos, pero tendrá que cumplirla a rajatabla.
Le aplicas la sanción sin estar enojada, adoptando una postura relajada y no tensa.
No es fácil, pero se puede.
Si lo llevas a un psicólogo evaluará si necesita que lo lleves a un neurólogo si es que su conducta requiere medicación.
Los chicos se dan cuenta cuando son rechazados y tu inconscientemente puedes tener actitudes rechazantes.
Entonces, 1) le avisas con anticipación cuál será la sanción si hace un berrinche
2) no te enojas 3) si hace una escena lo abrazas aunque te rechace 4) nunca te pones a su altura para involucrarte en la pelea, o sea no hacerle el juego, porque él lo que busca es tu reacción.
Generalmente estos niños mejoran después de los nueve años y de grandes suelen ser hombres perfectamente adaptados.
saludos, malena
Hola, gracias por tus consejos, he puesto algunos en práctica, en casa las cosas van bien, no me cuesta que me obedescan, tengo dos hijos uno de 4 y otro de 2 y medio, con el más grande me funciona eso de explicarle, pero con el más chico no, es un loco, se que es inteligente pero me da la sensación que no me entiende en cuanto a lo que esperó de su conducta, lo peor es cuando estamos en la calle, quiere correr y le digo que de la mano y me hace un berrinche enorme tirándoselo al suelo, en publico no se cómo actuar, y lo peor es cuando se portan mal los dos al mismo tiempo. Alguna sugerencia? Muchas gracias
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