Publicado el 2013/05/16 por Psicóloga Malena Lede
Angelina Jolie
La noticia sobre la doble mastectomía a la que fue sometida esta famosa actriz, nos llena de asombro, no solamente por su gran valentía sino también por su ciega confianza en los médicos.
El extraordinario avance científico que representa haber llegado a decodificar en parte el ADN; parece que comienza a ser utilizado en la práctica, aunque suponga medidas tan audaces como éstas que pueden desconcertar a muchos.
Es cierto que el riesgo de padecer cáncer es mucho más alto cuando hay antecedentes de esa enfermedad en familiares directos, pero también es cierto que no todos los descendientes necesariamente van a sufrir esa enfermedad, simplemente porque la presencia de los genes no es causa suficiente para provocarla.
Todos tenemos genes de muchas enfermedades en nuestro cuerpo que afortunadamente nunca desarrollamos o lamentablemente sí, pero llegar hasta los extremos de extirpar órganos sanos, por si acaso, no puede ser el único recurso que la medicina pueda brindar, ya que lo deseable es recurrir a métodos menos cruentos físicamente y menos nocivos psicológicamente.
Hasta ahora han existido y aún se utilizan muchos métodos eficaces para la detección temprana de tumores malignos en forma periódica para poder atacar este mal a tiempo, con buenos resultados. Es preocupante que en adelante esta nueva forma de controlar la enfermedad se agregue a la extensa batería de técnicas preventivas existentes contra el cáncer, cuando el paciente cuente con el dinero necesario.
La mejor medicina es la que cura, decía Hipócrates, pero también debería ser la que cuenta con medios terapéuticos eficaces, pero menos cruentos.
La extirpación de los senos, para una mujer, significa la pérdida de los caracteres sexuales que simbolizan su femineidad, lo que puede ser muy traumático, pero necesario, en el caso de padecer una enfermedad.
Si se procede a extirpar ambos pechos y eventualmente ambos ovarios, como método preventivo, posiblemente podría resultar para una mujer muy devastador, ya que no le elimina del todo la posibilidad de contraer la enfermedad y a la vez la obliga a someterse a varias operaciones cruentas que si es joven la dejarán estéril y le crearán la necesidad de recibir terapia de reemplazo hormonal.
No conozco estudios realizados a gran escala sobre las consecuencias que pueden tener estas intervenciones tan drásticas, con respecto a la libido sexual, pero a la luz de mi experiencia con algunos casos clínicos, además de la depresión que implican estas pérdidas, la mayoría sufre una pérdida de la autoestima y una disminución del deseo sexual; y en algunos casos, se pierde totalmente.
Claro que en estas experiencias influyen otros factores, como por ejemplo la calidad de la relación de pareja y su nivel de comprensión.
Todos vivimos con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas y nadie puede controlar todas las eventuales enfermedades que podemos sufrir, teniendo en cuenta que existen factores ambientales y conductuales que pueden matarnos en poco tiempo estando sanos.
Sacarnos los órganos sanos por las dudas, nunca puede ser una alternativa eficaz como procedimiento terapéutico, sin tener en cuenta los efectos psicológicos colaterales graves que puede tener tal decisión.
Una vez más las ciencias médicas restan importancia a los efectos que pueden tener los tratamientos cruentos en sus pacientes y provocan que resulte peor el remedio que la enfermedad.
La ciencia avanza con los aciertos y con los errores, que a veces resultan fecundos, pero la ética tiene que estar siempre presente cuando se trata de vidas humanas.
Malena
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