El Ruido


En una gran ciudad todos estamos sometidos a los efectos dañinos del ruido.

El ruido tiene múltiples efectos sobre la salud física y emocional; a largo plazo aumenta la presión arterial y afecta el funcionamiento del corazón; obstaculiza la comunicación y también podría influir en el rendimiento intelectual, principalmente la memoria a corto plazo.

Investigaciones realizadas por Alan Baddeley, de la Universidad de Cambridge y Pierre Salomé del Centro Nacional de Investigaciones Cientìficas de Francia, en la década de los ochenta, sobre los efectos del ruido, dieron como resultado que efectivamente, el murmullo afectaba la memoria verbal a corto plazo.

El ruido de fondo no sólo disminuye el rendimiento laboral en las oficinas sino también la capacidad de comprensión y el aprendizaje en los colegios.

Por lo general, ni en las oficinas ni en las escuelas existen sistemas de aislamiento acústico para evitar los trastornos que produce el ruido, que para los educadores representa un factor de sobrecarga mental.

El sonido de fondo variado es más perjudicial que un sonido repetitivo siempre al mismo ritmo y volumen constante, y resulta más perturbador para un niño que para un adulto.

Por lo general, los niños que se sientan en los primeros asientos son los que pueden aprovechar más la clase porque aunque haya ruidos de fondo pueden comprender con más claridad lo que dice el profesor, en tanto que los que ocupan los últimos asientos entienden mal una de cada tres palabras.

De esta forma, la concentración en el tema que está tratando el profesor es casi nula, permitiendo distracciones o juegos que los niños inventan para no aburrirse.

El ruido de fondo también afecta la comprensión verbal de los adolescentes con dificultades de aprendizaje o atraso en el desarrollo y también hace más difícil entender un idioma extranjero.

Los niños que crecen y se educan en establecimientos próximos a aeropuertos muestran deficiencias en el aprendizaje del habla y de la lectura.

Aunque hasta ahora no existen suficientes estudios sobre las consecuencias que puede producir el ruido en el aprendizaje de las habilidades verbales, los escasos datos registrados advierten que el mejoramiento de las condiciones acústicas podría favorecer su desarrollo en buena medida.

Sin embargo, se ha comprobado que cuando con cierta frecuencia una persona se expone a un alto nivel de ruido, puede sufrir alteraciones en su sistema auditivo y dejarle como secuela una disminución irreversible de su capacidad auditiva.

Para evitarlo, existen normas laborales que obligan a dotar de protectores acústicos a las personas que trabajan en sitios con alto nivel de ruido.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro-Investigación y Ciencia”; No.59/2013; “Ruido, ruido, ruido”; Jürgen Hellbroück, doctor en Psicología; Sabine Schlittmeier, Psicóloga y Maria Klatte, profesora de Psicología.