La Infidelidad

Uno de los secretos de la longevidad es no meterse en problemas, y es verdad, porque en lo que se refiere a las relaciones de pareja, a veces, lo que pretende ser solamente una simple aventura extra hogareña, puede terminar siendo una verdadera tragedia.

La infidelidad revela que algo no funciona bien en una relación; por eso es necesario hablar, cuando se tiene la sospecha de que algo anda mal entre ellos y de esa forma esclarecer las causas del alejamiento que puede ponerle fin a la relación.

La mayoría de las veces la infidelidad se comete dentro del propio círculo familiar o de amistades y simplemente se da naturalmente entre dos individuos que se conocen que por alguna razón se sienten insatisfechos y tienen necesidad de un cambio.

El afán por sacar el mejor partido de las oportunidades puede hacerlos caer en un abismo desde donde se hace difícil salir indemne.

Existen dos tipos de personas infieles, las que desean que sus parejas se enteren y las que prefieren mantenerla en secreto de tal manera que para el otro nunca haya existido.

En el primer caso, la búsqueda de una aventura puede ser para llamar la atención, cuando se comienzan a percibir señales de desinterés e indiferencia, o cuando disminuyen las atenciones o las relaciones sexuales y en casa el otro se convierte en una visita.

En esos casos, la infidelidad es la forma de mostrar que todavía pueden seducir a otros.

En el segundo caso, se vive una doble vida y se mantienen las infidelidades en secreto, siendo evidente que la pareja estable es importante y que solamente se trata de una aventura.

De las dos maneras una infidelidad puede tener fatales consecuencias, ya que es la primera causa que lleva a cometer un asesinato.

Algunas personas necesitan hacer de sus vidas una novela y se involucran en situaciones difíciles sin pensar en los resultados; pero los que canalizan su energía a través del sexo prohibido están expresando en parte su propio vacío existencial.

A veces, una infidelidad puede hacer que una pareja se recupere de la apatía y puede ser el incentivo para comenzar de nuevo, pero otras veces puede ser el principio del fin.

No cualquiera puede atreverse a ser infiel, para divertirse. En primer lugar necesita una motivación y luego una oportunidad, pero además la infidelidad refleja una actitud desleal que generalmente se extiende a todas las áreas de su vida.

Los individuos infieles en sus relaciones de pareja también suelen engañar a sus clientes, a sus parientes, a sus amigos, y también a sus hijos. No pueden ser leales ni constantes, porque necesitan transitar terrenos resbaladizos y las fronteras de los límites para sentirse vivos.

Hacer lo prohibido resulta para ellos más atractivo que el goce mismo; burlar las normas, esquivar el castigo y enfrentar el desafío de arriesgarlo todo por una experiencia de lujuria.

Difícilmente una persona infiel está dispuesta a perder sus afectos sino que su interés es solamente cometer el engaño para poder salir del tedio de lo cotidiano, de lo conocido que la llena de ansiedad y la lleva al extremo del aburrimiento.

Los infieles se cansan de la rutina, necesitan acción, cambios en sus propias vidas que no se atreven hacer, entonces necesitan caer en la infidelidad para expresar ese vacío.

La infidelidad refleja la incapacidad de tener relaciones profundas y duraderas, exige tener dos caras, la que desea tener y la que realmente se tiene y vivir fingiendo y mintiendo, con el escondido temor de ser descubierto. Es un camino sin retorno porque quién puede volver a creer en alguien que ha sido infiel?

La infidelidad produce estrés, porque es tratar de vivir dos vidas paralelas que nunca se crucen, sabiendo que las mentiras tienen patas cortas.

Malena