Cualquiera puede aprender a establecer mejores
vínculos con otras personas, si es capaz
de seguir cierta estrategia.
Cuando alguien se plantea un objetivo, lo más
probable es que planifique su acción y trate de prevenir dificultades; lo mismo
hay que hacer cuando se desea lograr sintonizar mejor con otras personas.
Lo más importante es nunca perder de vista los objetivos,
es decir, tener siempre presente lo que se desea conseguir, sin centrarse en lo
que no se desea, y actuar reflexivamente
sin dejarse llevar por las emociones o los impulsos.
La vida cambia a cada instante, lo que obliga a
corregir el rumbo a cada paso; o sea que si no se logran los resultados
deseados, se necesita intentar hacer algo diferente.
Las evidencias del progreso logrado es lo que
confirmará que la forma en que se está actuando es la correcta. ¿Tienen más amigos que antes? ¿Sus celulares
suenan más seguido? ¿Estás más tiempo acompañado? Esas son las respuestas que se consideran
evidencias tangibles en caso de tener dificultades para relacionarse
socialmente.
Si no se tienen evidencias de buenos resultados, esto
estará indicando la necesidad de un cambio de comportamiento, y también de la manera
de pensar.
Se trata de seguir cambiando y observar los
resultados; hasta que el cambio de la conducta de los demás refleje un cambio en el comportamiento de los demás; porque los otros cambian sólo cuando uno cambia.
En las relaciones interpersonales la comunicación
clara es esencial, o sea que lo que comunicamos tiene que ser exactamente interpretado. Esto, que parece tan fácil, no lo es, porque a
veces, lo que se desea comunicar no es entendido.
En general, se suele culpar al que escucha el no
haber interpretado el mensaje en forma correcta , cuando en realidad el culpable es el que no ha sabido expresar
claramente lo que quiso transmitir.
El interlocutor no sólo tiene que oír sino también
entender y para saber si un mensaje ha sido entendido es necesario prestar
atención a lo que responde.
La comunicación humana es difícil porque los gestos
hacen que las palabras tengan distinto significado.
Todas las personas
tienen una idea del mundo diferente o sea que cada uno vive en su propio
mundo y experimenta lo que le pasa en forma distinta.
Esta realidad nos obliga a todos a conectarnos con
los otros en forma física, mental y emocional, tratando de hacerlos entrar a nuestro
propio mundo.
La flexibilidad es la clave para cambiar una manera
de actuar y de pensar por otra, que permita
una mejor comunicación y la posibilidad de lograr relaciones más saludables.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Las 5 habilidades esenciales para tratar
con las personas”; Dale Carnegie Training.
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