HACIA EL APRENDIZAJE PERMANENTE - PSICOLOGÍA MALENA LEDE


Esta época nos produce a todos algún grado de ansiedad frente a la necesidad imperiosa de adaptarnos al cambio acelerado que nos obliga a aprender todos los días algo diferente.

Estamos inmersos en un mundo innovador con todo tipo de tecnologías de crecimiento exponencial que nos cuesta alcanzar, donde a la vez existen, todavía vigorosas,  antiguas maneras de pensar e instituciones tan arcaicas como ellas.

La creatividad parece no dar tregua a pesar de que el estrés limita la concentración e impide relajarse.
La Neurociencia aún no puede explicar qué es lo que sucede en las profundidades del cerebro en el momento creativo, pero se sabe que un buen estado de ánimo los favorece, así como dormir lo suficiente.

El mundo tiene muchos problemas muy urgentes que resolver, por lo cual se hace imperiosa la necesidad de enfrentar difíciles desafíos que exigen soluciones nuevas.

Japón es el país más tecnificado del mundo, sin embargo, después del tsunami, que produjo una catástrofe de dimensiones hasta ese momento desconocidas, comenzó a cobrar importancia la intención de hacer que las nuevas tecnologías se volvieran más humanas.

Este intento, que recién empieza, está logrando centrar el desarrollo tecnológico más en el bienestar del hombre y la sociedad,  que en el sólo objetivo de realizar una innovación.

Mucho de lo que se imaginó para el futuro está cambiando y lejos de la frialdad que supone una humanidad automatizada viviendo en ambientes de ciencia ficción, la propuesta para los años venideros parece ser diferente, de mayor calidez humana, con más conexión con la naturaleza y  lugares de esparcimiento que favorezcan la calidad de vida y las relaciones.

Aunque rápidamente la tecnología amenaza cada vez más con reemplazar la mayoría de los trabajos que hoy realizan los humanos, todavía puede faltar bastante tiempo para que este fenómeno se difunda a nivel global porque está comprobado que la mayoría de las tareas no pueden ser desempeñadas por una máquina en forma completa y eficaz,  ni responder siempre adecuadamente como pueden hacerlo los humanos frente a situaciones impredecibles.

Un ejemplo son los cajeros automáticos de los supermercados que por distintas razones atendibles no prosperaron. Además, no todas las empresas pueden enfrentar los gastos que ocasiona la automatización de las tareas que luego puede no dar los resultados esperados.

El futuro parece no lucir tan amenazante como muchos temen, al contrario, puede deparar a las nuevas generaciones, mejores condiciones de vida,  como mayores perspectivas de trabajo y más acceso a la vivienda digna, a la educación y a la salud.

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Modo esponja”; Sebastián Campanario y Andrei Vazhnov.