Una pareja estable y consolidada por mucho tiempo, por lo general no incurre en infidelidades, a menos que existan causas importantes que las generen.
La monotonia, el exceso de trabajo, los niños, el dinero, la oportunidad, intereses no compartidos o las crisis de la edad, pueden ser algunas de las causas mas comunes para que de pronto uno de los dos se pueda sentir atrapado en un vínculo que no crece, sin ningún incentivo, gesto o manifestación de afecto que exprese su intensidad.
Si nunca se llega a revelar, es porque la persona que ha traicionado no desea destruir su relación estable y eso tiene su importancia. Pero si se llega a descubrir, ambos tendrán que enfrentar el hecho consumado, hablar e intentar encontrar las causas que puedan o no justificarla.
Sea cual sea la razón un apoyo terapeutico puede ayudar a comprender qué pasa con los sentimientos de cada uno y si estan dispuestos a salvar el vínculo porque todavia existe un lazo entre ellos.
La infidelidad es una mentira, una burla, un intento de encontrar en otra realidad paralela otra forma de felicidad dejando la historia personal entre paréntesis, negándola, pero sin decidirse aun a renunciar a ella.
En todos los casos la infidelidad es una cobardia porque toda pareja debe hablar de los problemas que surgen en ella y expresar ambos cómo se sienten, lo que desean, manifestar sus desilusiones, sus necesidades, su fracaso.
Hoy en día, es más sano separarse si existen motivos que consideran ambos irreconciables y no engañar al otro tratando de quedar bien con Dios y con el Diablo.
Cuando se pierde la confianza queda muy poco para recuperar, porque todo lo demás depende de ella.
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