Conciencia en los Negocios



Vender es el acto de convencer mediante el uso de múltiples técnicas de manipulación, muchas veces sin ningún escrúpulo; y desde que en el mundo el hombre comenzó a acumular bienes, existen los negocios.

En sociedades primitivas existía el intercambio de mercaderías, hasta que se inventó el dinero, que es una promesa de pago que sustituye al producto.

El dinero también comenzó a acumularse y se convirtió en un producto más para vender, que es lo que hacen los bancos y las compañías financieras.

Los negocios mueven al mundo y su objetivo es hacer dinero. Hasta hace poco ese era el único propósito, pero a medida que en el planeta se hacen más evidentes las consecuencias de la producción indiscriminada de toda clase de productos difíciles de degradar o de reciclar, aparecen nuevas formas de hacer buenos negocios bajo otras condiciones menos perjudiciales, que están generando un mayor apoyo del público y por qué no, también están aumentando las ventas.

Existen dos maneras de comportarse en el mundo de los negocios, por derecha, o sea cumpliendo con las leyes, generando empleos formales, pagando puntualmente a los proveedores. Esta forma de operar se basa en la confianza mutua y en la buena fe.

La otra forma es por izquierda, que se caracteriza por el desorden en la organización, por su inestabilidad, por su intención de obtener ganancias fáciles y rápidas, por tratar al personal como esclavos, por vender mercadería de mala calidad, por demorar los pagos para especular, por estafar y engañar a los compradores o usuarios y sin ningún interés en cuidar ni al cliente ni al ambiente, debido al hecho de no tener objetivos a largo plazo.

Estos negocios los hacen los llamados capitales golondrinas, porque se dirigen hacia donde están las mejores condiciones para desenvolverse, aparecen por temporadas y aprovechan las oportunidades de hacer dinero en situaciones circunstanciales propicias para luego volar para otro lado dejando un tendal de desocupados.

Por sus mismos propósitos, no pueden tener una estructura sólida, manejándose generalmente con personal temporario, trabajando en oficinas o instalaciones alquiladas y convirtiéndose en sociedades anónimas para no comprometer los patrimonios personales de los socios.

En la India, existe un industrial que se hizo millonario en el mundo de la moda.

De origen europeo se convirtió en un monje budista y se estableció en ese país donde desarrolla sus operaciones comerciales manteniendo la ética que propone esa religión.

Es la empresa que mejores sueldos paga en el país, la única donde todos los empleados tienen participación en las ganancias.

El dueño vive austeramente, sólo tiene una computadora portátil y suele andar casi desnudo vestido sólo con una túnica.

Asiste a las reuniones de negocios con este atuendo y medita regularmente todos los días.

Su negocios marcha sobre rieles, las ventas de sus productos han aumentado y todos lo aprecian.

Existe actualmente una corriente de hombres de negocios en el mundo que están incorporando a su quehacer empresarial normas éticas, teniendo como objetivo comercializar productos que respeten el ambiente y que sean sustentables en el tiempo, para disminuir los problemas de la contaminación que producen los residuos no reciclables y no degradables.

También han acordado el compromiso de no avasallar a los consumidores con publicidad agresiva o desleal, manteniendo los principios morales en todos los órdenes.

Los resultados de esta nueva forma de hacer negocios es óptimo, porque la gente, en todo el mundo está tomando conciencia de que es necesario un cambio radical de actitud, porque estamos en el mismo barco y sin distinción de clases, todos corremos el mismo riesgo de ahogarnos.