Dramas familiares


Vivimos en un mundo de grandes contrastes, miseria extrema por un lado y lujos indescriptibles por otro; hambre y obesidad extrema; desocupación y quemados de tanto trabajar; egoísmo y altruismo; amor y odio.

La televisión a veces, suele darnos la oportunidad de reconciliarnos con la especie humana cuando nos muestra la gran capacidad del ser humano para ayudar a sus semejantes aún a costa de su propia comodidad personal y de ver cómo la felicidad se refleja en sus rostros.

Pero también nos muestra casos que nos entristecen y que no podemos llegar a comprender.

En Estados Unidos, un matrimonio con cuatro hijos, adoptó a nueve más, la mayoría con alguna discapacidad, dos de ellos con alto grado de deficiencia física.

Es sabido que en Norteamérica existen programas del gobierno para protección de los menores en estado de abandono, que permiten que estos niños sean derivados a familias que se dedican a este trabajo, incorporándolos a su grupo familiar para ser cuidados como si fueran propios, en forma permanente o transitoria, según el caso, recibiendo por ello una asignación mensual para los gastos de mantención.

En este caso particular, se trataba de un padre y una madre amorosos que hasta los hijos adoptivos ya adultos se mostraban renuentes a abandonar el hogar para seguir solos sus propias vidas.

Esta familia tuvo la desgracia de sufrir las consecuencias de una innundación devastadora que hubo en Texas que anegó su vivienda hasta el punto de dejarla inutilizable y llena de alimañas.

Para poder sobrevivir consiguieron una casilla rodante y la colocaron en el espacio disponible de su terreno que alguna vez había sido su jardín.

Quince personas durmieron en este reducido ámbito, durante demasiado tiempo, sin embargo, no se perdieron ni las esperanzas, ni los buenos sentimientos que había entre ellos, ni el buen humor.

Afortunadamente, debido a esas extremas condiciones, tuvieron la oportunidad de participar en un programa de televisión que se difundió recientemente en Argentina por el canal Infinito, titulado Extreme Makeover, dedicado a resolver las necesidades habitacionales urgentes de la gente, proporcionándoles soluciones que exceden cualquier expectativa; con ayuda de la comunidad, de personas destacadas en distintos medios, de empresarios y por supuesto de la producción del canal.

Esta numerosa familia se vio favorecida con la construcción de una espléndida casa de mil setecientos metros cubiertos, con todas las dependencias necesarias para la atención de niños discapacitados y la comodidad suficiente para que vivan en forma confortable todas sus vidas.

Además, recibieron como regalo un viaje a Disney y la ceremonia y festejo de la boda que habían deseado y no habían podido tener, en la que tuvieron oportunidad de renovar sus votos. Mientras tanto, en el tiempo record de una semana, se procedía a demoler su antigua casa y a construir en su lugar la otra, tarea en la que trabajaron más de dos mil quinientas personas voluntarias para poder terminarla a tiempo.

Por otro lado, en algún lugar de Buenos Aires, una familia enfrenta un conflicto serio que muestra una actitud opuesta, extremo egoísmo y falta de amor y de compasión.

La abuela de dos adolescentes, madre de la progenitora, vive con la familia desde que se mudaron a un elegante y amplio departamento del barrio norte, gracias a la ayuda económica que ella les brindó a todos en esa oportunidad.

En esa época los niños eran pequeños y la abuela de alguna u otra forma servía para solucionar algunos problemas; pero los chicos crecen y ahora son adolescentes y quieren tener su propia habitación, pero para uno de ellos, el lugar que necesita lo está ocupando la abuela desde hace años.

La nieta en cuestión finalmente decidió de mala gana compartir desde entonces el cuarto de su abuela, pero la conviviencia de ambas se hizo insoportable e incluso este conflicto entre abuela y nieta deterioró la relación con su propia hija.

La abuela siempre trabajó y tiene su propia empresa, que aunque le proporciona buenos ingresos no le permite tener su propia vivienda.

Este estado de cosas obviamente fue la que contribuyó a desencadenar hace poco tiempo una enfermedad cardiaca en esta señora que a pesar del riesgo que puede significar para su salud no ha dejado de fumar, mostrando que lo que desea es terminar con todo eso y morirse.

El final de esta historia es previsible y probablemente dejará un tendal de personas culposas que habrán logrado sus propósitos pero que pronto y sin ninguna duda, tendrán que concurrir al médico y luego a un psicólogo y hasta consultar con un psiquiatra cuando comiencen a sentir toda clase de síntomas físicos y psíquicos debido a la necesidad interna que surge en todo ser humano de hacer justicia, cuando sabe que actuó en forma egoísta para obtener un beneficio material, quitándole en este caso a un ser querido y odiado al mismo tiempo, las ganas de vivir.