El factor imponderable


Lo imponderable es la substancia que no produce ningún efecto sensible sobre las balanzas, como la luz por ejemplo, pero que si embargo existe.

Las coincidencias parecen ser un factor imponderable imposible de registrar con instrumentos pero que misteriosamente ejerce una influencia que no conocemos en los acontecimientos, principalmente cuando creemos en ellas y nos dejamos llevar por esas señales que pueden no ser producto de la lógica, pero que nos pueden ampliar el horizonte y proporcionar oportunidades inesperadas.

¿Cuál es ese factor imponderable que aparece cuando lo necesitamos aparentemente en forma fortuita pero respondiendo a nuestras más genuinas necesidades que demuestra la innegable unidad entre el hombre y el mundo.

La gente cree que es el azar, que son simples coincidencias, pero otros afirman que es un fenómeno de sincronicidad que produce una serie de acontecimientos altamente improbables para el cumplimiento de nuestros deseos verdaderos.

La mayoría de las veces nos movemos programados rígidamente por nuestros propios códigos y no podemos enfocar las cosas desde otra perspectiva.

Algunos estudiosos de la conducta están convencidos que encarar la vida con una actitud positiva amplía la percepción e incrementa las posibilidades de cambio y progreso.

Centrarse en los objetivos es bueno pero dejar un margen para lo inesperado es más que bueno.

Poner demasiado rigor en los objetivos y en los planes puede disminuir nuestra capacidad de percibir cosas nuevas.

Algunas personas parecen afortunadas mientras otras nunca tienen suerte. La diferencia parece ser tener una actitud diferente.

Los afortunados parecen ser los que son capaces de abandonar sus patrones de comportamiento, pensar más en las ventajas que en las desventajas y no preocuparse por adelantado arriesgándose a tomar caminos desconocidos; en tanto que los otros, los que parecen no tener nunca suerte, son los más conservadores, los que deciden no arriesgarse porque temen a lo desconcido y se aferran a lo que tienen, aunque signifique bastante poco.

El camino más razonable no siempre es el verdadero, ni tampoco son todas ciertas nuestras creencias que hacen que nos mantengamos atados a nuestros patrones de conducta.

De todas maneras, de una forma u otra la seguridad no existe por más razonable que uno sea; así como tampoco todos los emprendimientos aparentemente fortuitos son todos exitosos; pero la vida de quien decide no vivir cerrado a lo nuevo, aunque le parezca inseguro, por lo menos tiene mayor diversidad y no resulta tan aburrida.

Sólo exige no aferrarse demasiado a los logros y vivir sin preocuparse demasiado si será un éxito o un fracaso.

Deepak Chopra considera que un suceso es un fenómeno de sincronicidad cuando no resiste la lógica, las probabilidades de que ocurra son escasas y se producen para responder a nuestros deseos; y que cuanto más les hacemos caso, más situaciones sincronizadas ocurren que parecen milagrosas.

Porque las circunstancias que aparecen generalmente son oportunidades propicias para los que les prestan atención y están dispuestos a seguir las señales.

Las personas que creen en las circunstancias inesperadas, y que son capaces de renunciar a sus planes y prestarles atención, podrían ser más felices y tener más posibilidades de conseguir objetivos más ambiciosos.

Aceptar estos desafíos abre la oportunidad de vivir en un mundo siempre nuevo y fresco, sin miedo a perder abandonándose a la incertidumbre.

Las personas que confían en el factor imponderable parecen ser más abiertas, más seguras de sí mismas, más decididas, se arriesgan más, tienen mayor cantidad de relaciones, menos conflicto, menos culpa o depresión.

Confiar en este factor y en su inexplicable influencia como generador de oportunidades, puede cambiarnos la vida, cuando como un laberinto se muestra difícil de transitar y es difícil encontrar la salida.

Las ideas no son las que nos faltan, lo que no tenemos es confianza en nosotros mismos y no sabemos qué hacer con ellas, si creemos que no valen la pena, que hay ideas que son mejores que las nuestras, pero lo seguro es que probablemente estemos descartando una oportunidad que tal vez no vuelva.