La Seguridad en uno mismo


Estar seguro es imposible porque la vida es incertidumbre y no se pueden controlar todas las variables que pueden sufrir los acontecimientos ni prever la conducta de nuestros semejantes.

Sin embargo, uno puede estar seguro de si mismo, cuando se siente a pesar de los avatares que puedan ocurrir que es posible confiar en salir airosos a pesar de todo y resolverlos.
La seguridad en uno mismo dependerá de nuestra disposición y capacidad para solucionar problemas.

Las circunstancias pueden cambiar y siempre pueden surgir problemas en cualquier momento, pero la actitud depende de nosotros mismos y eso es decisión propia.

El peligro y el riesgo provocan inseguridad pero también genera entusiasmo y la sensación de estar vivos.

No se puede ganar sin arriesgar, ni lograr objetivos sin intentarlo y sin creer que es posible cumplirlos, sólo se necesita planificar, decidirse a actuar y perseverar.

Las personas que alcanzan sus metas son tenaces, incansables, entusiastas y optimistas. Creen en sus proyectos, son creativas y capaces de rectificar el rumbo si es preciso sin desalentarse.

Los que están seguros de si mismos se aferran a sus sueños, no se dejan abatir por los contratiempos y disfrutan de los desafíos.



Cumplir las metas aumenta la autoestima y no se trata de ganarle a otro sino de competir con uno mismo, lo que soy y lo que puedo llegar a ser.

Cuando estamos seguros del triunfo y lo damos por hecho las cosas se acomodan para que así sea; y no se necesita tener una idea demasiado brillante para tener éxito en lo que emprendemos, porque cualquier cosa, hasta la más inverosímil puede llegar a serlo. El éxito es el más grande misterio de los misterios.

Es necesario creer que somos capaces de crear éxitos, de convencernos que lo merecemos, que podemos hacerlo, creer que somos valiosos en lo que hacemos con la mejor intención, porque sabemos nuestro trabajo y tenemos la habilidad para destacarnos en eso.
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La convicción firme y la determinación aumentan la fe, nos dan valor y fortalecen nuestro espíritu aventurero.

La confianza en uno mismo se manifiesta en la palabra, los dichos, las afirmaciones, que tienen el poder de levantar nuestro ánimo y nos hacen sentir bien sobre la marcha disfrutando de los procesos.

De esta manera vamos creando nuestro futuro, que principalmente siempre dependerá de nuestros pensamientos y de nuestras acciones.

Ninguno está seguro pero están los que son capaces de ponerse a prueba y logran lo que se proponen y los que prefieren no intentarlo por miedo al fracaso.

No saben que de los fracasos están hechos los éxitos.