Saint Germain sobre el amor y el temor




En el hombre sólo existen dos sentimientos: el amor y el temor; porque la ira es temor disfrazado, así como el odio, los celos, la crítica y el egoísmo; en tanto que el gozo, la satisfacción y los logros, son las distintas formas del amor.

La diferencia entre el amor y el temor es que el amor es creador y el temor es siempre destructivo.

El sentimiento de amor repara el cuerpo, prolonga la vida, inspira, incrementa los negocios, abre puertas, despeja caminos hacia muchas direcciones y supera cualquier obstáculo.

El temor destruye el cuerpo, corta la inspiración, malogra los negocios y hace que todo muera.

Somos nosotros los que decidimos con qué sentimiento regir nuestras vidas.

La persona dinámica es la que cambia el mundo y a la gente a su alrededor de alguna forma.

No necesita hacer una obra descomunal sino que será suficiente que su existencia haga posible que el mundo quede un poco mejor de lo que estaba.

Una persona dinámica es la que planta una semilla donde antes no crecía nada; es la que encuentra un trabajo para otro; la que tiene un negocio que sirve al público; la que inventa algo útil; la que compone una buena música, hace una buena poesía o bellos cuadros; la que cura a los enfermos; la que enseña bien.

Estas son las personas que transforman al mundo porque es el que sirve bien el que está realmente vivo.

Lo que uno cree es lo que manifiesta en su vida exterior, y si cambia de creencia lo manifestará y experimentará.

La realización significa saber algo y sentirlo, tener la plena convicción.

Los problemas se deben a creencias falsas o sea a un proceso de pensamiento equivocado, porque donde no hay armonía hay temor.
Los seres del reino animal y vegetal tratan de mantenerse vivos y crecer, adaptándose a su medio.

El hombre es el único ser que no tiene necesidad de amoldarse a las condiciones de su ambiente. Tiene dominio sobre todas las cosas y poderes mentales para transformar el exterior en función del bien de él mismo y de los demás. Posee sentido común, raciocinio e intuición, o sea la sabiduría divina.

El éxito consiste en dominar las dificultades y utilizarlas como instrumento para el éxito.

Las dificultades aparecen para bien.

El escritor H.G. Wells tuvo que abandonar un trabajo mediocre y aburrido por su mala salud. Se dedicó entonces a escribir libros en su casa y se convirtió en un autor conocido mundialmente.

Thomas Edison aprovechó su sordera para concentrarse mejor en sus inventos.

Cualquiera que sea la dificultad hay que sacarle provecho, porque los problemas son las señales que nos están indicando el camino a seguir.