Hoteles personalizados




La persona que desea sentirse realmente que es única e irrepetible y además satisfacer todos sus caprichos; si tiene una buena tarjeta de crédito y algunos días de vacaciones, puede ser cliente de un hotel cinco estrellas con servicio personalizado.

El personal de estos hoteles está dispuesto a nunca decir que no a los huéspedes, porque la mayoría no está acostumbrada a escuchar la palabra imposible.

Atienden los pedidos más insólitos, desde llenar una bañera con agua mineral hasta comprar un guardarropa completo con los zapatos incluidos haciendo juego.

La perfección del servicio es tal que quienes lo frecuentan, encuentran en la mesita de luz el libro que estuvieron leyendo, olvidado en la última estadía, abierto en la página donde interrumpieron su lectura.

Para los huéspedes más exigentes, son capaces de conseguirle un auto de fabricación limitada en alquiler, sin hacer ninguna objeción, porque complacer al cliente es su tarea cotidiana.

El objetivo de todo el personal es que el cliente vuelva, por eso prestan atención a los más mínimos detalles y responden a cualquier demanda por más rara y extravagante que sea.

Acostumbrados a recibir a grandes personalidades, prominentes políticos y afamados artistas, cientos de empleados son entrenados para desempeñarse con absoluta discreción para que puedan gozar de una estadía tranquila y son capaces de movilizarse con la disciplina de un ejército si es necesario encontrar un osito de peluche que se ha perdido.

El servicio no se limita a responder a las demandas sino que se anticipa a ellas sorprendiendo a los huéspedes con las más inesperadas atenciones.

Cada cliente cuenta con una ficha personal en la que figura su día de cumpleaños o aniversario de boda, su experiencia anterior vivida en el hotel, si duerme con almohada cuadrada o rectangular y si tiene alergia a las flores, para tener la precaución de retirarlas antes de su ingreso a las habitaciones.

Las dependencias cuentan con el máximo confort; desde baños con televisor LCD frente a la bañera, con control remoto sumergible y dispositivos electrónicos para llamar al mayordomo privado o para poner en funcionamiento los electrodomésticos sin levantarse de la cama, hasta un simulador de golf para practicar el swing en una terraza con gráficos 3D y efectos de viento y clima.

El personal trata de complacer los pedidos más singulares, como el de un huésped ruso que para festejar el cumpleaños de su hija de tres años, alquiló un salón de cien metros cuadrados y encargó una torta de cinco pisos solamente para él, su esposa y su pequeña hija, que se dio el gusto de corretear por todos lados y romper todo.

Las ventajas de estos hoteles incluyen un entrenador personal para salir a correr que también se desempeña como guía turístico; una línea completa de cosméticos personalizada o la posibilidad de visitar las tiendas más importantes fuera del horario al público.

Algunos conserjes tienen los mejores contactos de la ciudad como para conseguir entradas para un espectáculo que hace meses vendió todas las localidades; adquirir un equipo de golf completo para un turista que perdió el equipaje; comprar una casa completamente amueblada u ocuparse de enviar los regalos más insólitos.

Las características que más destacan a los encargados de la atención de los huéspedes es su devoción y profesionalismo para cumplir con los caprichos más exigentes y hacer sentir al cliente como en su casa.

Saber todo esto puede inducirnos a juzgar mal a los que pueden disfrutar de estos placeres, pero mejor no lo hagamos, porque nosotros no somos tan diferente y es probable que en su lugar, tal vez haríamos lo mismo.

Fuente: “Hoteles a medida”; LNR; 011/2010