la fibromialgia




Esta es una enfermedad que se relaciona con el estrés y con la depresión.

Es difícil hacer el diagnóstico diferencial porque tiene síntomas que también coinciden con los de otras enfermedades y a veces los médicos tardan años antes de confirmarlo.

La característica es un dolor crónico generalizado en distintas partes del cuerpo y el cansancio permanente. También son comunes los trastornos digestivos, como el colon irritable; o el túnel carpiano, las cefaleas, los calambres, el insomnio, el bruxismo y otros.

Su aparición se produce alrededor de los treinta años, manifestándose con dolores musculares, cansancio y los malestares comunes en una gripe.

Estas personas no duermen bien, se levantan rígidas y fatigadas, tienen trastornos de memoria, conductas impulsivas, fobias sociales y problemas para la toma de decisión; y la mayoría de las afectadas son mujeres.

El tratamiento consiste en la administración de fármacos específicos, que pueden ser antidepresivos y en algunos casos anticonvulsivantes, actividad física y psicoterapia; y el pronóstico suele ser favorable.

Este trastorno produce una disminución de la calidad de vida del paciente, ya que se altera su entorno social, laboral, familiar, económico y afectivo.

Es bastante común que esta enfermedad se manifieste después de un cuadro agudo de estrés, de cualquier tipo, por lo que la actitud del paciente es muy importante.

El tratamiento farmacológico puede ayudar a disminuir los síntomas así como los masajes, los ejercicios aeróbicos y de estiramiento, y masoterapia clínica.

Se trata no solo de mejorar los síntomas sino de enseñar al paciente cómo controlarlos.

La ansiedad y la depresión son dos factores que intervienen como desencadenantes de esta enfermedad; pero la familia también desempeña un rol en esta patología en relación con la posición que ocupa y ocupó el paciente en ese grupo primario.

Pacientes con fibromialgia aconsejan a los que padecen esta enfermedad a no quedarse quietos, ya que el movimiento ayuda a evitar que las articulaciones se endurezcan e impidan caminar.

En algunos pacientes estos síntomas suelen aparecer y desaparecer en cuestión de segundos.

Pero lo que es frecuente es que los dolores comiencen con una depresión y los síntomas empeoren cuando aumentan las preocupaciones y la angustia.

Esta enfermedad obliga a los enfermos a cambiar su estilo de vida y muchas veces eso es lo que más los ayuda a curarse.

La Organización Mundial de la Salud reconoce esta afección desde el año 1992.

Sin duda, este trastorno se relaciona con la forma de vida actual, que exige un nivel de exigencia difícil de tolerar, abruma a las personas con muchas obligaciones y compromisos, afectando principalmente a las mujeres que se sienten obligadas a cumplir con eficacia un doble rol, familiar y laboral sin tener sentido de sus limitaciones y de sus fuerzas.

No se trata de cambiar los valores básicos que sustenta la personalidad para curarse sino de discriminar los valores relativos que hay que cambiar según la circunstancia y priorizar la salud por sobre todas las cosas, porque sin salud tampoco hay logros.

Fuente: LNR: “Algo más que cansancio”; Luján Moyano.