La Falta de Sueño engorda


En las sociedades modernas la gente duerme menos y engorda más, y este estilo de vida puede provocar un desequilibrio orgánico y alterar el metabolismo energético del cuerpo.

Las investigaciones sobre este tema muestran que la gente que no duerme las horas necesarias durante mucho tiempo, aumentan de peso.

Pasar una mala noche lleva a las personas a comer más y a hacer menos movimientos porque están cansadas y desganadas, lo que favorece el riesgo de que suba el nivel de la glucemia en sangre y sea más probable la aparición de la diabetes.

La vida moderna condiciona a las personas a estar siempre en acción, lo que dificulta poder desconectarse para descansar. Algunos, aprovechan horas que le quitan al sueño para continuar trabajando y también están los que pierden la noción del tiempo conectados a la computadora, a los juegos electrónicos o a la televisión.

En los últimos años, ha disminuido dos horas el promedio de sueño nocturno, siendo actualmente de siete horas y a la vez se han incrementado los casos de obesidad mórbida en el mundo.

Para confirmar esta hipótesis, en 2004, el equipo de Eve van Cauter de la Universidad de Chicago, compararon los resultados de una prueba de sueño realizada con dos grupos de voluntarios.

Durante dos días, un grupo durmió sólo cuatro horas y el otro, nueve horas. Cuando analizaron la sangre de los jóvenes, observaron que los que habían dormido menos mostraban una concentración mayor de la hormona que favorece la aparición del hambre; de lo cual se podría inferir que dormir poco aumenta el apetito.

Otro estudio realizado en la Universidad de Manitoba en Winnipeg, por el equipo de Peter Jones, confirmó que los probandos que habían dormido menos consumían una mayor cantidad de calorías en el desayuno que los que habían descansado mejor.

Otras pruebas mostraron que las personas que duermen menos, se mueven menos, el motivo parece ser, que consumen más energía de noche que los que descansan normalmente, lo que puede provocar que el cuerpo equilibre ese gasto energético, reduciendo la actividad durante el día.

Por lo visto, la falta de sueño no solamente nos hace más obesos sino que también nos transforma en personas más desganadas y menos activas.

Un estudio relevante que se realizó durante treinta años con la participación de 70.000 enfermeras de las instituciones de salud de los Estados Unidos, reveló que cuanto menos dormían, más eran las que se enfermaban de diabetes y que el riesgo de sufrir de esa enfermedad llegaba al cincuenta por ciento en las que dormían solamente cinco horas, con respecto a las que descansaban ocho horas.

Pero también se observó que no sólo influyen las horas de sueño en el metabolismo del sueño sino también la calidad del descanso, principalmente la que se relaciona con la fase del sueño profundo, o sea, la que registra en el electroencefalograma ondas delta.

La relación entre la falta de sueño y el aumento de peso continúa investigándose con resultados similares a los ya realizados, de manera que no está lejos el día en que para obtener mejores resultados, todas las dietas incluyan también la necesidad de dormir lo suficiente.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro”; “Investigación y Ciencia”; No.57/2012; “Dormir bien para comer mejor”; Manfred Hallschmid, doctor en psicología y asesor científico en el Instituto de Neuroendocrinología de la Univesidad de Lübeck, y Jan Born, director del Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento de la Universidad de Tubinga.