Mujeres Golpeadas


Cuando una mujer ha sido dominada por un hombre, que la golpea, la maltrata y la desvaloriza; y que no permite que desarrolle su potencial ni siga su naturaleza, la convierte en una persona amargada y llena de resentimiento.

Su comportamiento en el hogar no puede ser normal, porque su mente queda perturbada y desequilibrada y no puede razonar.

A este trastorno, producto de su circunstancia actual, que la mantiene atada a una relación sadomasoquista, se le debe agregar su condicionamiento genético, producto del abuso que sufrieron todas las mujeres del mundo durante siglos.

Cada vez que una mujer llega a este límite de sometimiento y esclavitud, tampoco su pareja ni sus hijos podrán permanecer equilibrados y sus conductas dejarán de ser naturales para convertirse en perversas reacciones instintivas frente a la continua sensación de frustración y fracaso.

En nombre de la necesaria liberación, las mujeres han cometido muchos errores, porque en lugar de lograr sus verdaderos objetivos, de lograr cumplir con sus necesidades internas de crecer y desarrollarse plenamente; han utilizado su libertad para vengarse, perdiendo su feminidad y adoptando las actitudes agresivas y violentas de los hombres, imitándolos en todo y convirtiéndose en un nuevo género que no puede lograr de esta manera atraer al otro sexo.

La mujer ha elegido liberarse de la dominación de los hombres adoptando una nueva forma de esclavitud creada por ella misma, aún más despiadada, porque no tiene la posibilidad de rebelarse.

La mujer siempre supera al hombre porque tiene una mayor apertura, menos prejuicios y más sentido práctico. Además, tiene la habilidad de percibir la realidad total utilizando el conocimiento intuitivo y racional.

En este mundo, es mucho más lo que depende de la mujer que del hombre; porque es la que lleva en su seno a los hijos y a la vez la que puede nutrirlos y educarlos.

Si a una mujer no se le concede la libertad que necesita para ser ella misma, el hombre que tenga al lado será su esclavo, porque ella tiene el poder de manejarlo de mil maneras, en forma sutil, sin que él lo advierta.

Hay algo muy importante que no hay que olvidar que es fundamental: la única manera de ser libres es dándole libertad a los demás, porque la necesidad de venganza nos vuelve destructivos y nos mantiene prisioneros del pasado y pero para seguir adelante y poder madurar es necesario perdonar.

Todos los problemas de la vida se pueden solucionar con amor, pero jamás con violencia. El hombre y la mujer son mundos diferentes, pero esas diferencias son las que hacen posibles la atracción y el aprendizaje mutuo; en lugar de ser motivo de peleas o discusiones.

La comprensión, la compasión y el amor pueden resolver cualquier conflicto y hacer la vida más digna de ser vivida.

Malena

Fuente: “Del libro de la mujer”; “Sobre el poder femenino”; Osho.